CRONICAS URBANAS. Newsletter de Proyecto Habitar.

 

Crónicas Urbanas se propone como una plataforma de comunicación que restituirá los procesos de transformación del territorio, los problemas urbanos en los que las comunidades organizadas han reconocido un conflicto, una injusticia en su vida cotidiana y han llevado adelante acciones de transformación del espacio para contrarrestarla.

Nuestra vida cotidiana transcurre signada por una desigualdad que se reproduce sistemáticamente en el territorio, allí prevalecen relaciones de dominación, la enajenación, la mercantilización generalizada. Regulaciones que sostienen situaciones de abundancia extrema, y de igualmente extrema necesidad.

En nuestro territorio suceden las tomas de tierra, los abusos que sufren los inquilinos, las personas que vive en la calle, las personas que viven hacinadas, los pisos de tierra, el agua contaminada, los barrios linderos a basurales, arroyos, fábricas, líneas de alta tensión, son algunas de las situaciones de injusticia que conocemos.

Comunicarlas es una oportunidad para generar una mirada crítica de la producción urbana desde una perspectiva disciplinar, encontrándonos con quienes luchan, con los conflictos y con el territorio, para desarrollar nuevas lógicas de abordaje.

A través de este medio, pretendemos aportar con nuestro trabajo al de muchos otros equipos interdisciplinarios que también trabajan en este sentido, desde una mirada situada, en la región y en el sur global.

Con la finalidad de promover la construcción de una agenda urbana situada, que se construya con las preocupaciones históricas de la población que habita el territorio, que reconozca las dinámicas que integran los barrios como ámbitos de producción y reproducción, y también proyecte transformaciones promoviendo el Derecho a la ciudad para todes.

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CONSEJOS DE HÁBITAT. Nueva etapa.

Esp. Ricardo de Francesco

 

Desde Proyecto Habitar participamos y promovemos la institucionalización de los Consejos de hábitat locales “de vivienda y hábitat” en los territorios en los que trabajamos, y el consejo provincial[1] dado que son una herramienta para construir políticas democráticas de gestión del territorio.

Durante el primer trimestre del año, iniciaron sus actividades en un nuevo escenario político, construido con el empuje de diversos sectores (sociales, políticos, gremiales, académicos, profesionales) que trabajaron sostenidamente para interrumpir la continuidad del gobierno de cambiemos. En este comienzo diferente al de años anteriores, se renuevan las expectativas de poder incidir en la orientación de las políticas urbanas frente a la nueva gestión.

A pesar de la particularidad local y la escala de incidencia de cada consejo, la lucha sostenida de las organizaciones sociales, profesionales y las universidades se puso en valor en cada sesión, sosteniendo que no debemos perder la mirada crítica y situada que posibilitará aportes para la transformación de las injustas condiciones habitacionales.

Resulta imprescindible que el gobierno actual, asuma la lucha multiactoral por el acceso justo al hábitat e instrumente políticas de redistribución de los recursos urbanos, sin depositar nuestras pretensiones transformadoras en la burocratización de las experiencias. 

La reflexión sobre estas experiencias de lucha nos presenta el desafío de seguir promoviendo ámbitos de debate que permitan trascender al gobierno de turno y democratizar las discusiones sobre las políticas urbanas, trabajar la coyuntura como manifestaciones particulares injustas de un problema mayor: la desigualdad urbana. 

 

[1] LEY DE ACCESO JUSTO AL HÁBITAT, SECCIÓN VIII – CONSEJO PROVINCIAL DE VIVIENDA Y HÁBITAT Artículo 60. – Creación: Créase, en el ámbito de la Autoridad de Aplicación, el Consejo Provincial de Vivienda y Hábitat, que debe actuar como órgano multiactoral de consulta y asesoramiento de las políticas y programas en el marco de la presente ley y de acuerdo con lo que establezca la reglamentación.

Mas allá del aislamiento social

Ma Eugenia Jaime, Julian Salvarredy y Gabriela Torrents en Proyecto Habitar

 

El día 16 de marzo quedó conformada la Unidad Coronavirus COVID-19, integrada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT),  CONICET y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i).

La conformación de esta Unidad tuvo como objeto “poner a disposición de la Presidencia de la Nación y de las autoridades del Ministerio de Salud de la Nación todas las capacidades de desarrollo de proyectos tecnológicos, recursos humanos, infraestructura y equipamiento que puedan ser requeridas para realizar tareas de diagnóstico e investigación sobre Coronavirus COVID-19”.

El día 20 de marzo con el propósito de “proteger la salud pública como una obligación inalienable del Estado Nacional”, se dictó, mediante un decreto de Necesidad y Urgencia, la medida de “aislamiento social, preventivo y obligatorio”, por un plazo de 12 días a evaluar su continuidad de acuerdo al desarrollo de los acontecimientos. Esta medida buscó frenar el desarrollo de la pandemia, evitando las oportunidades de contagio masivo y al mismo tiempo, reconociendo los condicionantes que presenta hoy nuestro sistema sanitario (cantidad de plazas y respiradores en hospitales y sanatorios). De manera que el aislamiento se presenta como una estrategia para ganar tiempo y poder enfrentar este conflicto en mejores condiciones.

La medida implicó la permanencia de la población en sus residencias habituales o en el lugar en que se encontraran y abstenerse de concurrir a sus lugares de trabajo. Siguiendo en esta línea, restringió el desplazamiento por rutas, vías y espacios públicos, se suspendieron todo tipo de eventos culturales, recreativos, deportivos, religiosos, es decir, todo evento que implicara el encuentro de personas. 

Por otra parte, se efectivizó el cierre de los pasos internacionales, puertos, aeropuertos y centros de frontera, el control de la circulación de vehículos, el cierre de bancos y de locales comerciales que no brindaran artículos de primera necesidad, tales como artículos de almacén, verdulería, farmacia o ferretería. Los gobiernos provinciales tomaron medidas similares, dando distintos alcances a los cierres de sus fronteras para limitar la circulación.

Estas medidas se han manifestado en términos espaciales de la siguiente manera:

  • vaciamiento de las calles,
  • aumento del consumo de servicios habitacionales en los barrios,
  • hacinamiento en los hogares,
  • disminución del flujo de vehículos y personas
  • aumento del control social por parte de las fuerzas de seguridad
  • creciente uso de redes sociales y aplicaciones para el encuentro virtual
  • permanencia en terrazas y balcones para mantener contacto con el exterior

 

¿Cuál es la reacción de la población frente a estas políticas?

En la ciudad de Buenos Aires donde viven 3.000.000 de personas, y suelen entrar a diario un número similar la sensación es de total acatamiento. El movimiento en los barrios se produce durante la mañana. En la mayoría de los casos para abastecimiento diario.

En los barrios del conurbano bonaerense el acatamiento también es alto. Sin embargo, se producen algunas situaciones particulares de difícil resolución, como una concentración inusual de personas para retirar dinero de los cajeros o para el abastecimiento en supermercados.

En el resto del país la situación es similar, reconociéndose mejores condiciones para afrontar el aislamiento en las ciudades mas equipadas y una disponibilidad menor en las áreas mas alejadas de los equipamientos que brindan las centralidades.

 

¿Qué sucede en los barrios populares?

Los barrios populares son un tema aparte, en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se concentran el 50% del total de barrios registrados a escala nacional por el Registro Nacional de Barrios Populares. La situación allí oscila entre el aislamiento total de las personas mayores o con discapacidad y una situación de cierta normalidad en los movimientos cotidianos, ya que los niños siguen jugando en las calles y pasillos de los barrios y los jóvenes continúan encontrándose en las esquinas.

Las trabajadoras y trabajadores que habitualmente se dedican a las tareas de cuidado, limpieza o reciclaje se encuentran aislados y sin dinero para el abastecimiento. Cerraron las ferias informales que en los barrios populares del AMBA movilizan un promedio de 500 personas por domingo. El abastecimiento de comercios barriales se vió obstaculizado, en muchos casos debido a que carecen de habilitaciones.

Las mujeres salen a la calle en busca de comida. Durante los primeros días los espacios comunitarios estuvieron cerrados por falta de mercadería, pero poco a poco empezaron a recibir raciones de alimentos secos de los organismos estatales.

El aislamiento agudiza los conflictos en las familias con dificultades para sobrellevar situaciones de familiares con problemas de conducta, violencia de género, adicciones, entre otros.

Estas dificultades para la organización social en el aislamiento se agudizaron debido a la persistente adversidad en la organización del espacio barrial y de la vivienda por la que atraviesan a diario las familias de los barrios populares.

El hacinamiento, la escasez de servicios habitacionales de calidad, agua, cloaca, electricidad, conexión a internet, gas, recolección de residuos, se han puesto al rojo vivo, pero no son problemas nuevos. En estas condiciones la desinfección, la ventilación y la limpieza resultan una tarea imposible, sin contar la posibilidad de acceso a los productos para llevarla a cabo.

A estos condicionantes, se suma la epidemia de dengue que se ha acentuado durante este año en los barrios populares, donde los recipientes de almacenaje de agua para la higiene contra la pandemia son potenciales focos de reproducción del mosquito. 

En este contexto, la organización y movilización social se transforma. Muchas mujeres y hombres referentes de los barrios siguen trabajando para aportar a la resolución de los temas urgentes de la nueva coyuntura, ampliando y reconfigurando las redes que posibilitan la producción y reproducción social. Empezando por informar el estado de los barrios, dar continuidad a la asistencia de alimentos y alertar sobre el riesgo de que crezca la conflictividad que generan las situaciones de violencia.

 

 

 

Producción Audiovisual: Miguel Caamaño, Teresita Sacón y Eugenia Jaime . Las imagenes son gentileza de los miembros de Proyecto Habitar (click en la imagen para ver video)

Para ser mejores, mejores políticas urbanas

Recurrentemente, los gobiernos que asumen en cada ciclo de crisis inflacionaria y de parálisis en la actividad económica encuentran en la producción de viviendas un motor para activar la economía, poner en marcha la industria de la construcción y generar trabajo. El modo en que se dan estos procesos trae consecuencias de mediano y largo plazo que en muchos casos contradicen los objetivos inclusivos e integradores que promueven.

¿Por qué sucede esto? Para trascender las experiencias precedentes de políticas urbano habitacionales es necesario atender sus procesos y diseños específicos, complejizar las perspectivas de abordaje y fortalecer la mirada relacional escalas, dimensiones y actores involucrados para observar críticamente ¿Qué industria se pone en marcha? ¿Qué economía se activa? ¿Qué trabajo se genera? ¿Qué territorio produce?

Hay algunos datos de la actualidad que pueden constituirse en un buen antecedente, como haber pasado de promover un Ministerio de Vivienda, a uno que se denomina de Desarrollo Territorial y Hábitat. En este contexto, el nombre de cada ministerio se resignificará en la práctica. La política territorial también lo hará en la relación entre las acciones de los distintos sectores del gobiernos entre sí y en el conjunto de políticas territoriales que se constituye en los hechos. En su relación con las políticas económicas, sociales, de salud, de educación, de obras e infraestructuras, etc. Es una alerta y debe constituirse en un llamado de atención cuando el modo de sintetizar las acciones en materia de desarrollo territorial y vivienda se anuncian por los miles de unidades de casas que se van a construir.

La producción urbana y regional actual, se caracteriza entre otros por dos aspectos problemáticos: la fragmentación y la desigualdad. Observada desde la lógica de la economía convencional, la ciudad como maquinaria de reproducción del capital ha superado en las últimas décadas a su rol de escenario de producción industrial o de concentración de actividades económicas. Para la reproducción del capital, es cada vez menos importante lo que se produce, su localización, su forma, las actividades o las personas que habitan las ciudades, se trata de movilización económica. Como esta es su característica principal, poner en marcha acríticamente la economía movilizando la industria de la construcción sin otras consideraciones, implica activar estos mecanismos de reproducción de fragmentación y desigualdad.

Existe otro dato insoslayable en el desarrollo territorial que es uno de los grandes desafíos presentes: las capacidades de la industria de la construcción hoy están fuertemente concentradas, tanto en los que producen obras (como las grandes empresas que concentran las obras públicas) como sus insumos principales (acero, ladrillos, cemento). Siendo otra característica determinante lo complejo que resulta acceder al suelo urbano para la mayor parte de la población. Trascender las experiencias pasadas es entonces tomarse de los casos que asumen nuevas concepciones de actividad económica y del trabajo, y para esa trascendencia especifiquen desde nuevas perspectivas sociales, de derechos y de géneros los modos de producción de espacios urbanos, los actores involucrados y el territorio producido.

Mejores políticas habitacionales para el desarrollo territorial integrado.

En relación con las políticas de desarrollo territorial y hábitat, también hay mucho aprendizaje histórico que puede consolidarse en prácticas políticas superadoras. Hay buenas y malas experiencias en el pasado reciente. Durante los doce años previos a la etapa oscura de las políticas liberales de Cambiemos, el Estado produjo en el país más de un millón de soluciones habitacionales, pese a esto, el total de hogares en situación de déficit no varió significativamente. Entre otras razones, esto se debe a que activar economía, implica activar la producción de la industria de la construcción, y atender los requerimientos de las grandes empresas vinculadas a la construcción de viviendas.

Esto ha llevado, por ejemplo, a los grandes conjuntos de viviendas en la periferia, ya que para las empresas grandes y medianas que construyen viviendas, la construcción en serie de unidades iguales en terrenos baratos resulta productivo, requiere trabajadoras y trabajadores, y es rentable. Este tipo de proyectos implica el confinamiento de sectores populares en barriadas aisladas, sin acceso a otros servicios urbanos distintos al de la vivienda. Manteniendo condiciones urbanas inadecuadas en relación con otros derechos como educación, salud o esparcimiento, llegando inclusive a tener problemas de infraestructura o servicios básicos. Este tipo de intervenciones, históricamente fue el mayoritario en las políticas habitacionales.

Por otra parte, durante el mismo periodo se han desarrollado también múltiples experiencias de abordajes integrales, con programas que integran disciplinas y saberes, y proponen espacios que atienden modos de fortalecimiento de los actores locales y las economías de las que son protagonistas (social, popular, solidaria). Pueden tomarse muchas experiencias y muy diversas en todo el territorio, como lo fueron: algunos casos del PROMEBA, el PF-Villas, la ley de acceso justo al hábitat 14449 de Buenos Aires, la ley 341 de CABA, o la producción cooperativa. Es desde estas experiencias que pueden reformularse las estrategias que luego tiñen las políticas de reactivación. Este tipo de experiencias, minoría desde un punto de vista cuantitativo, han sido las más valiosas desde una perspectiva integral y de derechos.

Mejores políticas desde mejores perspectivas.

Desde Proyecto Habitar hemos participado en todos los frentes que han fortalecido la unidad popular para generar la fuerza necesaria para derrotar la continuidad del gobierno liberal de Cambiemos, y que han generado instancias de producción colectiva de propuestas programáticas en materia de hábitat y territorio. Hemos sostenido en todos estos foros los mismos criterios que aquí resumimos. Hemos rescatado estas experiencias y las propuestas que actualmente promovemos en conjunto con muchos otros colectivos y organizaciones en Habitar Argentina. Lo hicimos conscientes de que las propuestas programáticas de políticas urbanas y territoriales juegan su suerte en la especificación de su aplicación, y en las relaciones entre las distintas escalas y dimensiones de la política pública, muchas veces ignorada.

La arquitectura y el urbanismo tienen sentido en tanto su saber resulta en trasformaciones que mejoran la situación habitacional y urbana de los pobladores, esa es la medida de su sentido social. La participación de los profesionales en la crítica y el diseño de políticas públicas esta signada por el mismo objetivo. Conocemos las condicionantes macroeconómicas, así como la necesidad de conocer la realidad productiva actual como el punto de partida concreto de acciones urgentes que tienen en el hambre y la desocupación prioridades innegables. Aun así, entendemos que es necesario activar los mecanismos de la producción y el trabajo integrando de modo prioritario también entre los objetivos de las políticas públicas su progresiva transformación. Es decir, incluyendo en el diseño de las políticas el proceso que transforme el modo en que la ciudad hoy es producida y su rol dominante de reproducción del capital.

Por todo esto nos parece central atender la relación determinante que resulta de las políticas que se desprenden de asociar el objetivo de activación económica con la industria de la construcción y sus actores más poderosos, acciones que muchas veces se confinan en las áreas de obras de infraestructura o economía. Como complemento posterior, las políticas de desarrollo territorial y habitacional resultan así condicionadas, y muchas veces se confinan a accionar en áreas de vivienda o desarrollo social. Debemos trascender esta mirada fragmentada. Este es un aspecto central de un abordaje integral, que comprenda la totalidad del territorio, muchas veces simplificada en dualidades como informal y formal, productivo y reproductivo, público o privado, social o del mercado, modos binarios de aproximarse a la producción urbana que han favorecido una reproducción acrítica del territorio desigual y fragmentado.

La experiencia latinoamericana actual da cuenta de la relevancia de mantener alta la vara de la reflexión crítica y autocrítica, no es tiempo de autocensurarnos preventivamente, es tiempo de proponer criterios mejores. Para llevar adelante cualquiera de las propuestas de normativa o aplicación técnica que hemos consensuado y articulado entre tantos, en encuentros tan diversos, la guía debe ser un cambio en las perspectivas que construyen las políticas, las perspectivas sociales de derechos y de géneros son un eje sustancial.

El desarrollo territorial que mejora el hábitat de los sectores que lo necesitan parte de la activación económica y del trabajo que se construye junto a los habitantes de los barrios populares y sus organizaciones, desde la perspectiva social y de género, partiendo de las mejores experiencias de la política urbana reciente. Entonces, quiénes participan, quiénes deciden, dónde se produce, cómo se produce, no resultan cuestiones accesorias sino centrales. En este contexto los procesos y los proyectos arquitectónicos y urbanos son un aspecto necesario de estas políticas de desarrollo territorial y hábitat, no un complemento secundario, intrascendente o aislable. Comprendidos de este modo, son instrumentos que se inscriben en una gestión territorial inclusiva que promueve el derecho a la ciudad.

En síntesis, desde este punto de vista, el territorio integrado social y espacialmente, el derecho a la ciudad y a la vivienda, no puede ser una cuestión que se atienda luego de activar la economía y el trabajo acríticamente, y en función de las consecuencias, sino todo lo contrario. Es decir, un desarrollo igualitario social y de género, que promueve el trabajo de los actores locales, que producen las trasformaciones del espacio urbano y barrial utilizando sus recursos productivos, que movilizan así la economía de la que son parte, se fortalecen y construyen social y colectivamente una ciudad y un territorio más justos.

 

Julian Salvarredy, Proyecto Habitar

Diciembre 2019

 

 

RESULTADOS CONCURSO DE ESTUDIANTES «CASA VIOLETA PARRA, ESPACIO COLECTIVO»

CONCURSO DE ESTUDIANTES

“CASA VIOLETA PARRA, ESPACIO COLECTIVO” 

REFUGIO TRANSITORIO PARA MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO

Organizado por Proyecto Habitar y Aparecida en Red Ando, con el apoyo del Centro de Hábitat Inclusivo UBA – FADU y la Red Hábitat International Coalition.

En primer lugar, queremos agradecer en nombre de la Red Aparecida en Red Ando y Proyecto Habitar por la participación comprometida de todes quienes formaron parte de este proceso.

La invitación en este seminario y concurso fue la de producir colectivamente una mirada crítica del presente, que indague en el proceso de producción del espacio que nos trajo hasta aquí para proyectar un espacio futuro, que estimule relaciones sociales justas y democráticas.

Entre sus múltiples resultados contamos con 26 propuestas arquitectónicas en primera vuelta y 8 en la instancia final. Los proyectos elaborados son producto de un trabajo sostenido a lo largo de las jornadas del seminario donde hemos construido colaborativamente el programa social en base a una reflexión profunda sobre los procesos de transformación espacial y la desigualdad de género.

El desafío asumido fue y continúa siendo, aprender a leer en el espacio, la dominación que se ve en las relaciones de género, para promover su transformación desde la práctica que nos sitúa en un contexto histórico desde el hacer cotidiano.

 

RESULTADOS DEL CONCURSO

1° PREMIO Noroeste (LINK PROYECTO):

Conchi Berenguer Urrutia

Ignacio Urbistondo Alonso

Jon Bakaikoa Canflanca

 

2° PREMIO Flora (LINK PROYECTO):

Sabrina barruti

Andrea Yohana Diaz

Eliana Yael Luján Laslo

Stefania Clelia Amaya

 

3° PREMIO Pleamar (LINK PROYECTO):

Agostina Dominella

Candela Jañez

Matias Cosser Alvarez

Valentina Dimuro

Vanesa Velazquez

 

1° MENCIÓN Violeta (LINK PROYECTO):

Franco Pozzi

Eugenia Peña Aguilar

Julieta Gurrea

Nuria Romeu

Yaco Antonio de Moya

 

2° MENCIÓN TEKUN (LINK PROYECTO):

Mauricio Mendez Arevalo

Amparo Feito

Nicole Claros Calderon

 

MENCIONES ESPECIALES:

Hacia la liberación (LINK PROYECTO):

Ignacio Quiroga

Candelaria Biglione

Constanza Alel

Marina Cladera Ojeda

Martina Canale

 

CuaTros (LINK PROYECTO):

Carola Matar

Florencia Maya

Macarena Goicoechea

Nicolás Frutos

 

Batahola (LINK PROYECTO):

Meli Schall

Florencia Carola Perez

Florencia Restovich

María Victoria Scarione Avellaneda

Micaela Troiano

 

En una primera instancia de evaluación se seleccionaron 9 de las 26 propuestas elaboradas por les estudiantes en equipos interdisciplinarios, que continuaron ajustando sus propuestas para la segunda vuelta.

Las juradas que participaron fueron: las arquitectas y urbanistas Ana Falú, Eugenia Jaime, Ines Moisset y Zaida Muxi; y las especialistas Leonor Girard, Mercedes Martínez y Mónica Nuñez con la coordinación de la arquitecta y urbanista Clara Mansueto. En un proceso de análisis y valoración organizado en instancias colectivas, se acordaron los criterios de evaluación y se definieron las recomendaciones generales para la valoración en segunda vuelta:

Se valoraron las lecturas urbanas realizadas y la restitución de los elementos y los usos reconocidos en la propuesta arquitectónica. Así como aquellas propuestas que vincularon gradualmente los espacios colectivos e íntimos, que aportaron secuencias espaciales, situaciones intermedias de transición y de resguardo entre el interior y el exterior, que restituyeron las prácticas que cotidianamente desarrollan las mujeres de la zona, reflexionando de dónde vienen, con qué elementos cargan, cómo son los espacios recorridos, en qué condiciones, etc. 

Se valoraron las memorias descriptivas que expresan en cada caso un estudio sensible y detallado que guía la propuesta en relación con la problemática específica: violencia de género. Teniendo en cuanta las cualidades edilicias en relación con las diversas escalas de reunión para lograr la integración y la intimidad.

Se valoró el estudio de las tecnologías constructivas posibles de desarrollar en etapas, la incorporación de la iluminación natural para la generación de atmósferas y la adecuación de las propuestas para que las mismas resulten accesibles para personas en situación de discapacidad.

EXPOSICIÓN Y ENTREGA DE PREMIOS

La exposición de las 8 propuestas finalistas y la entrega de premios se desarrollará el día 15 de diciembre en el encuentro de fin de año “Derecho a la Ciudad” de Proyecto Habitar 2019, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sitio a confirmar.

El premio está compuesto por una selección de libros que abordan la problemática del espacio y la perspectiva de género. A su vez, los proyectos seleccionados formarán parte de una publicación a cargo de Proyecto Habitar, del cual se entregarán ejemplares a les participantes. Los trabajos serán difundidos a través de las redes de Proyecto Habitar, en todos los espacios que les organizadores consideren convenientes, tanto vía web como físicamente en seminarios, exposiciones y demás espacios vinculados a la temática.

 

Encuentros

Encuentros, la perspectiva de género en los ámbitos universitarios

Junio también fue un mes de encuentros, pero esta vez trabajamos la perspectiva de género en los ámbitos universitarios, de la Universidad de Cuyo y Universidad de Flores.

Los días 10 y 14 de junio, representantes de diversos colectivos, nos encontramos con estudiantes conmovidas por la necesidad de expresar las inquietudes y los resultados de los procesos de trabajo transitados. Con ánimos de escuchar y exponer las estrategias de resistencia contra las etiquetas, contra las formas de conocer predefinidas según las reglas de un sistema patriarcal y capitalista que niega aquellas historias que estén fuera del mandato productivista.

En ambos encuentros “Urbanismo y Perspectiva de Género, nociones básicas para el debate” (UFlo)  y “Derecho a habitar” (UCuyo), las exposiciones atravesaron prácticas cotidianas de la docencia, investigación, dirección de obra, militancia, entre tantas acciones que históricamente las mujeres hemos llevado adelante colectivamente, no sin resistencia, en compañía con otras y otros pares con vocación transformadora.

Del primero, participaron: Martha Alonso Vidal, quien nos propuso un recorrido por las transformaciones en las ciudades y en la representación del cuerpo femenino para reflexionar acerca de la sexualización de los roles que se han institucionalizado en una historia de producción urbana. Ines Moisset, con un exhaustivo trabajo de investigación colectiva que desde “Un día Una Arquitecta” multiplican en medios de comunicación masiva para recuperar el aporte de las mujeres que han sido omitidas en los relatos oficiales sobre la historia de la arquitectura y el urbanismo. Eugenia Jaime, invitándonos a pensar sobre las potencialidades y los desafíos de la incorporación de las problemáticas de género en la formación sin perder de vista el contexto en el que se inscribe aquello que se enseña y se aprende en el aula, resaltando la importancia de los procesos en los que se inscribe el producto terminado. Procesos que los guía un sentido, procesos que múltiples actores protagonizan en la gestión de las trasformaciones y que desde la matriz productivista son despreciados. Y Clara Mansueto, compartiendo lecturas espaciales que indagan en aquello que sucede, pero no se ve, aquello que se escapa de mirada formal del espacio y de la perspectiva de transformación desarrollada tradicionalmente en la producción de arquitectura. 

Del segundo encuentro participaron: Soledad Perez exponiendo el trabajo que desde CISCSA realizan con vecinas de diferentes barrios populares de la Ciudad de Córdoba y la construcción de una “agenda de derechos de las mujeres a la ciudad”, exponiendo los 6 puntos que sostienen la participación de las mujeres desde diferentes experiencias de vida. Cinthia Rizzo, recuperando el rol de las mujeres de barrios populares en la coordinación y promoción barrial de los mejoramientos habitacionales que la organización “Madre Tierra” desarrolla en el AMBA. Virginia Miranda, exponiendo el trabajo que desarrolla “Ando habitando” un colectivo de mujeres transdisciplinar que junto con organizaciones barriales de Mendoza promueve mejoramientos en los espacios públicos, valorando las voces de lxs jóvenes, de lxs niños y de las mujeres.  Alicia Alcaraz y Andrea Casabuono, representando a la comisión Hábitat y Género de Habitar Argentina, expusieron la historia de conformación de esta comisión. Enfocándose en el interés de aportar con la perspectiva de género a las políticas habitacionales que hoy reúne a grupos con experiencias multisectoriales y de diversos territorios. Macarena Vergara, compartiendo momentos singulares en la experiencia de SEDECA, para reflexionar acerca de las tareas de cuidado y la desigual dedicación que recae en las mujeres, su tiempo de descanso, de ocio, productivo, etc. Y Teresita Sacón, quien exhibió los logros y dificultades encontradas ante las acciones que Proyecto Habitar impulsó en la incorporación de políticas de igualdad de género en una obra de construcción de viviendas con trabajadores de la económica popular.

Nadie nace de un repollo y las transformaciones tampoco. Es por ello que pensamos e invitamos a pensar estos “eventos públicos”, como encuentros. Encuentros, porque son oportunidades para saberse en un colectivo mayor, que lo define la convicción de encontrarse en busca de nuevas formas de relacionarnos, llevándolas adelante, asumiendo riesgos para dejar en la historia de las cosas y las personas, nuevas formas de trato social, democráticas, de igualdad, de apropiación, de libertad en la pluralidad y diversidad de géneros.

 

ph Miguel Caamaño

ph Miguel Caamaño

ph Ando Habitando

ph Ando Habitando

 

HACIA UNA POLITICA FEDERAL DE HABITAT

HACIA UNA POLITICA FEDERAL DE HABITAT

Durante los días 12 y 13 de abril se llevó adelante el Encuentro Federal “Hábitat y Territorio” que contó con la participación de “representantes de organizaciones sociales, pymes, académicos, medios de comunicación y diversas comunidades” para “generar acuerdos sobre puntos indispensables en la construcción de una política federal de hábitat”.  Desde esta perspectiva multiactoral se abordaron múltiples dimensiones para pensar en políticas sobre el hábitat y el territorio.

Desde el punto de vista económico se postuló la reactivación de la industria de la construcción como mecanismo de desarrollo económico. En un proceso que, para promover efectos redistributivos, requiere: integrar políticas de suelo, la incorporación de pequeñas y medianas empresas constructoras, así como cooperativas de trabajo en la construcción y en la producción de materiales. La propuesta se dirigió a incorporar el modelo de desarrollo nacional en el debate, que el modelo dominante ha estado siempre ligado a la construcción de desigualdades y al extractivismo.

Al abordar la comunicación de la política habitacional se enfatizó el valor de los trabajadores del Estado quienes sostienen las políticas públicas y cargan con una memoria institucional muy valiosa a la hora de gestionar las políticas de hábitat. Se denunció la deslegitimación que los trabajadores estatales están sufriendo en esta gestión a través de la utilización de mensajes mediáticos que desalientan el rol del estado y legitiman la gestión pública a través de agencias. 

Se puntualizó en el desafío de construir una política nacional y popular en materia de hábitat y territorio desde la perspectiva de Derechos Humanos. Para ello, se propuso un debate que avance sobre las palabras, y formule herramientas en un proceso de fortalecimiento de una nueva mayoría. Un desafío que reúne a quienes luchan por las políticas de hábitat urbano con quienes luchan por las políticas de hábitat rural, ya que se trata de procesos que están íntimamente vinculados en el desarrollo del territorio.

Desde el punto de vista de la gestión, se manifestó la relevancia de herramientas de intervención estatal. Lo que requiere promover la construcción de un conjunto de herramientas para intervenir en el mercado inmobiliario, intervenir en el manejo del suelo. De esta manera, se pretende recuperar de la ganancia de ese mercado, los recursos necesarios para llevar adelante las políticas habitacionales.

Se planteó la discusión sobre la seguridad de los barrios, proponiendo que la misma se encuentre dentro de la gestión de las organizaciones barriales, para garantizar la seguridad en el control social. También la necesidad de feminizar la política habitacional, para cambiar cómo vemos y construimos la ciudad, y nuestros pueblos.

Para la cuestión de las infraestructuras, saneamiento se propuso renovar la discusión y sacarla del ámbito de decisión de los dueños de grandes empresas. Esto implica: discutir el latifundio, discutir el monocultivo de soja, discutir contra los diseños de infraestructura a favor del movimiento de mercaderías de exportación.

Sobre la política de transparencia, se propuso generar un registro público de tierras, y un registro nacional de accionistas, como instrumentos que les permitan a las organizaciones conocer a los actores que están operando bajo el anonimato de las sociedades, en los desalojos, en las compras de tierra rural para el desarrollo de countries, etc.

Se abordó también la experiencia de la autogestión en las políticas habitacionales, mediante procesos económicamente rentables, de generación de trabajo, de capacitación, de fortalecimiento en la participación de las mujeres, y de calidad habitacional.

Desde Proyecto Habitar participamos en el encuentro exponiendo las preocupaciones que recogemos diariamente de nuestra práctica militante-académica-profesional, con ánimos de reunirnos en reflexiones sobre los problemas transversales de la sociedad, y desde allí construir acuerdos sobre las políticas de gestión del hábitat y el territorio.

Enumeramos aquí algunos puntos trabajados:

– La perspectiva de género en el desarrollo de políticas habitacionales.

– El problema de la gestión de los residuos urbanos y el derecho a un ambiente sano.

– El impacto de la inflación en la política pública habitacional y en las precarias condiciones laborales en las que trabajamos.

– El rol de la Universidad como ámbito de debate y construcción de políticas habitacionales.

– La perspectiva relacional de la política urbana, que comprende integrados pares que habitualmente se fragmentan (riqueza-pobreza; formalidad-formalidad; etc.)

Entendemos necesarios estos espacios, en los que nos reunimos desde las diversas experiencias territoriales, desde donde evidenciamos la injusticia y la desigualdad, para construir democráticamente una plataforma de problemas y de propuestas que enfrenten en cada acción y en cada contexto la expresión particular de la opresión.

HACIA UNA POLÍTICA FEDERAL DE HÁBITAT

HACIA UNA POLÍTICA FEDERAL DE HÁBITAT

Durante los días 12 y 13 de abril se llevó adelante el Encuentro Federal “Hábitat y Territorio”
que contó con la participación de “representantes de organizaciones sociales, pymes,
académicos, medios de comunicación y diversas comunidades” para “generar acuerdos sobre
puntos indispensables en la construcción de una política federal de hábitat”. Desde esta
perspectiva multiactoral se abordaron múltiples dimensiones para pensar en políticas sobre el
hábitat y el territorio.
Desde el punto de vista económico se postuló la reactivación de la industria de la construcción
como mecanismo de desarrollo económico. En un proceso que, para promover efectos
redistributivos, requiere: integrar políticas de suelo, la incorporación de pequeñas y medianas
empresas constructoras, así como cooperativas de trabajo en la construcción y en la
producción de materiales. La propuesta se dirigió a incorporar el modelo de desarrollo
nacional en el debate, que el modelo dominante ha estado siempre ligado a la construcción de
desigualdades y al extractivismo.
Al abordar la comunicación de la política habitacional se enfatizó el valor de los trabajadores
del Estado quienes sostienen las políticas públicas y cargan con una memoria institucional muy
valiosa a la hora de gestionar las políticas de hábitat. Se denunció la deslegitimación que los
trabajadores estatales están sufriendo en esta gestión a través de la utilización de mensajes
mediáticos que desalientan el rol del estado y legitiman la gestión pública a través de agencias.
Se puntualizó en el desafío de construir una política nacional y popular en materia de hábitat y
territorio desde la perspectiva de Derechos Humanos. Para ello, se propuso un debate que
avance sobre las palabras, y formule herramientas en un proceso de fortalecimiento de una
nueva mayoría. Un desafío que reúne a quienes luchan por las políticas de hábitat urbano con
quienes luchan por las políticas de hábitat rural, ya que se trata de procesos que están
íntimamente vinculados en el desarrollo del territorio.
Desde el punto de vista de la gestión, se manifestó la relevancia de herramientas de
intervención estatal. Lo que requiere promover la construcción de un conjunto de
herramientas para intervenir en el mercado inmobiliario, intervenir en el manejo del suelo. De
esta manera, se pretende recuperar de la ganancia de ese mercado, los recursos necesarios
para llevar adelante las políticas habitacionales.
Se planteó la discusión sobre la seguridad de los barrios, proponiendo que la misma se
encuentre dentro de la gestión de las organizaciones barriales, para garantizar la seguridad en
el control social. También la necesidad de feminizar la política habitacional, para cambiar cómo
vemos y construimos la ciudad, y nuestros pueblos.
Para la cuestión de las infraestructuras, saneamiento se propuso renovar la discusión y sacarla
del ámbito de decisión de los dueños de grandes empresas. Esto implica: discutir el latifundio,
discutir el monocultivo de soja, discutir contra los diseños de infraestructura a favor del
movimiento de mercaderías de exportación.
Sobre la política de transparencia, se propuso generar un registro público de tierras, y un
registro nacional de accionistas, como instrumentos que les permitan a las organizaciones
conocer a los actores que están operando bajo el anonimato de las sociedades, en los
desalojos, en las compras de tierra rural para el desarrollo de countries, etc.

Se abordó también la experiencia de la autogestión en las políticas habitacionales, mediante
procesos económicamente rentables, de generación de trabajo, de capacitación, de
fortalecimiento en la participación de las mujeres, y de calidad habitacional.
Desde Proyecto Habitar participamos en el encuentro exponiendo las preocupaciones que
recogemos diariamente de nuestra práctica militante-académica-profesional, con ánimos de
reunirnos en reflexiones sobre los problemas transversales de la sociedad, y desde allí
construir acuerdos sobre las políticas de gestión del hábitat y el territorio.
Enumeramos aquí algunos puntos trabajados:
– La perspectiva de género en el desarrollo de políticas habitacionales.
– El problema de la gestión de los residuos urbanos y el derecho a un ambiente sano.
– El impacto de la inflación en la política pública habitacional y en las precarias condiciones
laborales en las que trabajamos.
– El rol de la Universidad como ámbito de debate y construcción de políticas habitacionales.
– La perspectiva relacional de la política urbana, que comprende integrados pares que
habitualmente se fragmentan (riqueza-pobreza; formalidad-formalidad; etc.)
Entendemos necesarios estos espacios, en los que nos reunimos desde las diversas
experiencias territoriales, desde donde evidenciamos la injusticia y la desigualdad, para
construir democráticamente una plataforma de problemas y de propuestas que enfrenten en
cada acción y en cada contexto la expresión particular de la opresión.

La violencia pasada y presente en el espacio

La muestra “La violencia en el espacio. Políticas urbanas y territoriales durante la dictadura cívico-militar en Argentina (1976-1983)” puede visitarse en el Centro Cultural Haroldo Conti hasta Mayo de 2019.

 La represión y la violencia estatal que se instaló en Argentina y en la región durante la década del 70 tuvo aristas que despreciaron los derechos humanos en múltiples dimensiones y escalas. A la lucha sostenida por la visibilización del accionar represivo de las fuerzas de seguridad, se integran progresivamente la visibilización de los intereses de otros actores en el periodo, lo que ha permitido revisar la responsabilidad de los medios de comunicación, sectores empresariales y de la estructura de la iglesia, entre otros. Es posible entender como la violencia ejercida ha tenido múltiples manifestaciones estratégicas y tácticas.

La muestra que se titula “La violencia en el espacio” realiza un abarcativa repaso sobre las acciones realizadas por el gobierno de la dictadura en materia de políticas urbanas, registrando actores sociales vinculados a la concentración de la riqueza y el poder, a los que se asocia y defiende en cada una de estas trasformaciones territoriales promovidas.

En el texto que presentan Pamela Colombo y Carlos Salamanca como curadores de un amplio equipo de trabajo reseñan:

“Programas de erradicación de «villas miseria», construcción de autopistas, creación de pueblos estratégicos, rediseño de espacios públicos, edificación de estadios y readecuación de ciudades para la «fiesta mundialista»: estos son algunos de los proyectos territoriales y urbanos realizados durante la última dictadura militar en Argentina (1976-1983) que esta exposición examina. Una reorganización espacial realizada a todas las escalas y en todas las regiones del país, que impactó directamente sobre amplios sectores de población, transformando de manera duradera a la sociedad argentina.”

El repaso por las políticas que transformaron el espacio urbano restituye una unidad de procesos y productos materiales con los que aún convivimos. Acciones que reúnen propósitos de acumulación desigual y de exclusión, represión y sometimiento. Como señalan los curadores la exposición pone de manifiesto situaciones espaciales de injusticia espacial sostenidas y agudizadas en este contexto autoritario, en las que:

“No es el monumento, el estadio o el edificio en sí mismo lo que invitamos a mirar en esta exposición. No existió una dictadura fecunda en edificios y modernización, distinta y separada de aquella que llevó a cabo la desaparición sistemática de miles de personas (…) Hubo un solo gobierno que inscribió la violencia en el espacio y que hizo del espacio el medio y el lugar para crear de manera autoritaria una nueva sociedad.”

La exposición pone al alcance de todas y todos de manera gratuita el producto de diversas y valiosas investigaciones realizadas durante muchos años, lo que constituye un valor destacable en términos de la vinculación del ámbito académico y la generación de un aporte social significativo. Al mismo tiempo, compone una revisión de la totalidad del territorio, restituyendo políticas urbanas y rurales en las que los discursos, los procesos y los productos se orientan en la misma dirección excluyente y represiva.

Como reflexión final, y quizás aporte a los procesos particulares de producción del material teórico e histórico, entendemos que a partir de lo expuesto queda en evidencia la potencia de la operación violenta, cuya impronta mas estructural se instaló y ha podido continuar, con matices, ininterrumpidamente hasta nuestros días. La violencia en el espacio es una manifestación material de un proceso que reprimió la posibilidad de transformar nuestros territorios para hacerlos más justos y democráticos.

Lo esencial del territorio extractivista y la economía concentrada que defendió y amuralló el espacio de la dictadura no ha podido ser transformado y sobrevive en la desigualdad de los barrios populares que lindan con la opulencia de barrios de lujo. Resulta por demás valiosa esta exposición, por el valor de la restitución de los hechos históricos, por la reflexión crítica y profunda del carácter de sus procesos, y por la posibilidad de repensar nuestro presente.

Proyecto Habitar, 15/04/2019

Sitio de la muestra:

http://conti.derhuman.jus.gov.ar/2019/03/av-la-violencia-en-el-espacio.php

 

 

 

¿QUÉ SIGINIFICA EL 24 DE MARZO?

Esta pregunta ha estado en constante construcción, a lo largo de estos 33 años, luego de aquel día donde el fiscal Strassera pronunciara el “Nunca Más” en su alegato final del juicio a la Junta Militar en 1985.

Un 24 de marzo como hoy, hace 42 años, se iniciaba el proceso de reorganización nacional. No se trata de una fecha conmemorativa, no es la historia de manual lo que queremos recordar, sino que invitamos a reflexionar sobre  nuestra historia en un proceso. Un proceso histórico que tiene antecedentes antes de esa fecha y  que continua desarrollándose más allá de aquel espantoso día. Entonces, nos reubicamos en este 24 de marzo, pero no en una fecha precisa, sino en un proceso complejo, para identificar que hay detrás de esta gran piedra de políticas neoliberales que llegaron con los militares y persisten en la actualidad.

En 1976, la dictadura cívico militar se autoproclamó cínicamente “Proceso de Reorganización Nacional”. La idea de reorganización hace pensar en un proceso previo de desorden que los militares buscaban erradicar. Para ello implantaron políticas en las que prevalecían los privilegios de las clases dominantes, accionando sobre las ideas y los cuerpos de aquellos que tuvieran intenciones de transformar la realidad desigual que reinaba. Trabajadores, delegados barriales, profesionales, militantes, mujeres y hombres que con sus vidas y sus obras perseguían una dirección trazada por su lucha, en pos de alcanzar niveles de trato social más elevado.

A pesar de los enormes obstáculos que nos dejó la dictadura, hoy, como ayer, podemos reconocer la necesidad de luchar para transformar las injusticias que nos atraviesan día a día.

Las políticas aplicadas por aquel proceso tienen consecuencias visibles, 30.000 compañerxs desaparecidxs como el símbolo más violento de esta lucha. Pero también dejaron su impronta en las obras de la ciudad “ideal”, planificada para el modelo urbano homogéneo y excluyente que perseguía la dictadura.

Los resultados de 7 años de dictadura, han sido tan profundos, que aún luego de 35 años de democracia, continúan oprimiendo a las minorías, a los pobladores de los barrios, a los trabajadores de la economía popular. En la Ciudad de Buenos Aires estas marcas aún persisten y determinan las posibilidades y las limitaciones para moverse, acceder, e incluir a sus habitantes. En la Pcia de Buenos Aires las normas de la política urbana mantienen vigente una  Ley de Ordenamiento Territorial diseñada en plena dictadura que privilegia la propiedad privada, sin reconocer en la producción urbana la complejidad de los barrios populares, perpetuando la idea de una ciudad “para quien la merezca; para el que acepte pautas de vida, agradable y eficiente”. Excluyendo a las masas populares a villas y asentamientos, los cuales son consecuencia de esta producción urbana capitalista. En lo que refiere a la construcción, la dolarización del mercado de suelos, la especulación financiera y la venta de nuestras mejores tierras fueron el comienzo de una entrega que no cesó. Por sobre todo, se privilegió la continuidad de la reproducción del capital, se favoreció impunemente a las clases dominantes, a la liberalización de la ciudad y a la individualización del crédito, profundizando la brecha entre los que más y menos tienen.

Marchar el 24 de marzo no nos debe encontrar distraídos. Debemos estar lúcidos, salir a la calle para cuestionar lo dado, replantearnos y posicionarnos como protagonistas en la lucha cotidiana. Así continuaremos arrojando luz sobre la oscuridad, como lo hicieron tantos jóvenes hoy más maduros o desaparecidos. No podemos caer en un paso superficial, esta es una jornada para continuar la lucha histórica y cotidiana; no es una conmemoración formal.

No se trata del consumo alrededor de la idea de la memoria, del “Nunca Más”. Si así fuera,  corremos el riesgo de vaciar su contenido, si nuestra lucha no busca una realidad más equitativa. La continuidad del proceso histórico tiene que permitir reconocer y restituir aquellos puentes que nos permitan comprender la historia en su totalidad, que reconozcan las prácticas transformadoras que se llevaron adelante, y también visibilicen las acciones represivas que aún persisten en nuestro territorio.

Encontrémonos en los barrios, junto con las organizaciones y los pobladores, exigiendo políticas inclusivas que instrumenten un cambio profundo y nos permita vivir una democracia plena, tanto desde las ideas como en las acciones. Las políticas urbanas promovidas por el golpe no distan de las que se impulsan actualmente. Es una maquinaria que continúa funcionando, y moldeando un sistema inaguantable. Como sociedad debemos pronunciarnos, visibilizando la obra, las prácticas y la vida de los que lucharon y aún luchan por esta transformación.

 

PROYECTO HABITAR

 

imagen 01: proyecto habitar / imagen 02: ezequiel biagioni

 

 

 

 

 

 

 

 

 

DECLARACIÓN ACUERDO POR LA URBANIZACIÓN DE LAS VILLAS: SOBRE LOS DESALOJOS EN LA V31

A partir del desalojo en Villa 31. Los conflictos se resuelven con más participación

En el Barrio Carlos Mugica (Villa 31), el sábado 24 de febrero dos familias que vivían en la futura traza de la autopista Illia fueron desalojadas de la vivienda en la que habitaban. La medida fue dispuesta por el Jefe de Gobierno con el argumento de que existía riesgo de derrumbe (provocado por el propio Gobierno al demoler los inmuebles lindantes). La relocalización forzosa se ejecutó con el despliegue de un operativo policial desmedido y culminó sentando un precedente pésimo para los procesos de reurbanización de villas. Es fundamental definir participativamente cómo encarar los conflictos propios de todo proceso de urbanización.

 

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dispuso desocupar por decreto (N° 61/18) -sin orden judicial- dos viviendas del Barrio Carlos Mugica.1 De esta manera, la Secretaría de Integración Social y Urbana eludió lo previsto en el Art. 9° de la Ley 3.343 -que prohíbe los desalojos forzosos en el marco del proceso de reurbanización del barrio, y establece pautas para llevar adelante las relocalizaciones que resulten necesarias-. La medida fue dispuesta, además, sin tener en cuenta los protocolos de relocalización vigentes2, que buscan resguardar los derechos de las y los habitantes.

La reurbanización de la Villa 31, que involucró la lucha de décadas de sus vecinos, implica la ejecución de un gran presupuesto por parte del Gobierno de la Ciudad a través de una Secretaría creada para ese fin hace más de dos años. Es previsible que en todo proceso que involucra realojos haya familias que, por distintas razones, no estén dispuestas a relocalizarse. A pesar de ello, al día de la fecha no hay un protocolo de relocalización que guíe, haga previsibles y ajuste a derecho las acciones del Gobierno de la Ciudad y de las fuerzas de seguridad en el barrio. Esta situación genera incertidumbre sobre cómo el Gobierno de la Ciudad tiene previsto actuar para resolver estas problemáticas. En este contexto, el modo en el que se resolvió el primero de este tipo de conflictos sienta un pésimo precedente.

En 2016, más de ochenta organizaciones presentamos el Acuerdo por la Urbanización de Villas3. Anticipando este tipo de conflictos, el Acuerdo enfatiza que la urbanización debe “evitar los desalojos y sustentarse en el principio de arraigo. Las relocalizaciones forzosas de población sólo deben llevarse a cabo en casos excepcionales, deben seguir un protocolo socialmente responsable de los derechos de dicha población”.

Allí también se explicita que se debe contemplar “la participación activa de los habitantes en el proceso de toma de decisiones en todas las etapas de la relocalización”, así como en todo el proceso de urbanización. Esto es clave, no sólo para respetar los derechos de los pobladores, sino para hacer viable y sustentable un proceso complejo y necesariamente conflictivo como la integración social y urbana de las villas, que no puede transformarse en un conjunto de mejoras barriales inconsultas. No es lo que ha ocurrido en la Villa 31-31bis, donde decisiones como la de trasladar la actual autopista Illia, el diseño y los materiales de las viviendas, y los términos de esta relocalización se adoptaron sin la participación adecuada de las y los habitantes.

Como señalamos en el Acuerdo, en concordancia con la normativa vigente, un protocolo socialmente responsable debe cumplir con los siguientes principios rectores:

– Los procesos de relocalización requieren un enfoque integral, ya que implican un cambio de hábitat que modifica el espacio físico y la cotidianeidad de los afectados (vivienda, salud, educación, economía doméstica, alimentos, recreación, entre otros aspectos). Asimismo, se debe contemplar las singularidades de cada barrio, así como la diversidad de situaciones que atraviesan las familias a relocalizar y ser especialmente sensible respecto al enfoque de género, que es un aspecto transversal a todas las etapas.

– El órgano responsable de la relocalización deberá promover el trabajo conjunto y articulado entre las diferentes dependencias estatales involucradas en el proceso, así como considerar que los procesos de relocalización afectan de manera diferencial a diversas poblaciones: a) la población a mudar; b) la población receptora de los relocalizados; c) la población que permanece en el sitio a relocalizar.

– El presupuesto del proceso de relocalización debe ser preparado y programado atendiendo a la totalidad de sus etapas -desde el diseño hasta la implementación y seguimiento posterior-, y se deben incorporar instancias de revisión permanente de las acciones llevadas a cabo y evaluación de la satisfacción de la población en relación con todas las etapas del proceso.

En síntesis, el proceso de integración social y urbana, en general, y las relocalizaciones involuntarias, en particular, deben desarrollarse sobre la base de procedimientos integrales, claros y participativos, en todas sus etapas, que resguarden los derechos de los pobladores, atendiendo especialmente al bienestar de niños, niñas y adolescentes. Para ello es imprescindible que las acciones del poder público respeten las definiciones, protocolos y normativa vigentes y respondan al objetivo de “integrar plenamente a las villas, urbanística y socialmente, revertir toda situación de segregación y garantizar el cumplimiento efectivo de derechos”.

 


1  Se invocó para ello el Art. 12 de la Ley de Procedimientos Administrativos, que faculta al Poder Ejecutivo a disponer desocupaciones de inmuebles por vía administrativa en supuestos específicos -incluyendo el riesgo de derrumbe.-

Instituto de Vivienda de la Ciudad,(Res Int N° 3602/IVC/15 – BO 4833), ACUMAR (Resolución 420-E/2017 – BO  22/12/2017), entre otros.

http://acuerdoporlaurbanizacion.org

 

Son parte del Acuerdo por la Urbanización de las Villas :

Alianza Internacional de Habitantes; Área de Estudios Urbanos del Instituto de Investigación Gino Germani (AEU-IGG); Asociación Civil Madre Tierra; Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ); ATAJO (Dirección General de Acceso a la Justicia de la Procuración General de la Nación); Centro de Acción Urbano Ambiental (CAUA-UNLP); Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS); Centro de Estudios para el Cambio Social (CECS); Centro de Estudios y Acción por la Igualdad (CEAPI); Centro de Hábitat Inclusivo (UBA- FADU); Centro Latinoamericano de Derechos Humanos (CLADH); Colectivo por la Igualdad; CTA Capital; El Hormiguero; Federación de Villas (FEDEVI); Frente de Organizaciones en Lucha (FOL-CABA); Frente Territorial Salvador Herrera; Habitar Argentina; Instituto de Hábitat Urbano del CPAU; Instituto de la Espacialidad Humana (UBA – FADU); Instituto del Conurbano de la Universidad Nacional General Sarmiento (ICO-UNGS); Laboratorio de Políticas Públicas (LPP); La Usina; Maestría Hábitat y Pobreza Urbana de la FADU; Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; Movimiento de Ocupantes e Inquilinos (MOI); Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC); Organización 14 bis; Poder Ciudadano; Proyecto Habitar (UBA- FADU); Taller Forma & Proyecto (UBA- FADU); Taller Libre de Proyecto Social (TLPS / UBA- FADU); Talleres de Urbanismo Barrial (TURBA); TECHO; Carrera de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Matanza; WINGU; organizaciones, representantes y vecinos/as de barrio Fátima; barrio Los Piletones; barrio Los Pinos; Playón de Chacarita; Rodrigo Bueno; Villa 1.11.14; Villa 15; Villa 17; Villa 19; Villa 20; Villa 21.24; Villa 31-31bis; entre otros/as.

 

 

EL SISTEMA CORROMPE, LOS HECHOS COTIDIANOS TAMBIÉN

Entre desigualdades urbanas y desigualdades de género                                                                                                    
Eugenia Jaime, en Proyecto Habitar

Hoy leí en el periódico que una niña de 13 años era abusada por un familiar a cambio de “regalos”, tales como “gaseosas, cargas virtuales a su celular o a la tarjeta SUBE”.  

La niña fue corrompida a cambio de objetos que podríamos denominar de consumo básico, y esto hace más aberrante y siniestro el abuso.

Esta noticia me estremeció, repase mentalmente los procesos de urbanización que se están dando hoy en la Ciudad de Buenos Aires y por un momento, identifique un abuso similar en el modo en que se establecen las relaciones entre los procesos y las acciones.

El Gobierno de la Ciudad está corrompiendo a los pobladores a cambio de canchas de futbol, pintura de fachadas, y viviendas. Esta imposición viola la libertad de los pobladores convirtiendo el valor de uso que le dan a la ciudad en valor de cambio.

Estos actos generan una dependencia absoluta entre los pobladores y las autoridades del Gobierno de la Ciudad quienes los tienen de rehenes de los acuerdos millonarios que realizan en torno a este proceso.

La cancha es un regalo que le permite al gobierno de la ciudad acceder al corazón del barrio. Una vez allí la autoridad de la ciudad destina recursos públicos a la contratación de empresas privadas y profesionales extranjeros que definen los aspectos simbólicos del espacio dando lugar a la libre elección sobre cuestiones menores, hecho que redunda en el consumo de la participación.

La pintura de fachadas es un entretenimiento, una forma de justificar el ingreso del capital, los créditos, las hipotecas y los desalojos. El maquillaje aparenta un cambio material en el acceso a los recursos, otro estado de cosas. Con esta nueva cara se puede pedir a los pobladores que privaticen su barrio, su casa, sus vidas.

La construcción de viviendas necesarias por cierto, distrae la desviación de recursos hacia otras obras de mayor envergadura que les permiten la reproducción del capital. Las viviendas movilizan profesionales bien intencionados que también son abusados por su ingenuidad.

Tenemos ante nuestros ojos un enorme desafío, asumir que los procesos de urbanización tal y cual se están dando consolidan el abuso a los pobladores que ya sufren la opresión diaria del desigual acceso a la ciudad o bien seguir pensando que esto es un caso aislado, que ocurrió por un descuido de los pobladores y que no va a volver a suceder.

Somos tod@s n@sotr@s l@s responsables de construir este debate y transformar esta macabra operación.

 

 

POLÍTICA DE GÉNERO EN PROYECTO HABITAR | Sentido productivo del trabajo

Desde Proyecto Habitar nos hemos propuesto reflexionar sobre la política de género que este colectivo ha construido en el proceso de transformación social de la enseñanza de la arquitectura, la investigación y los procesos de producción y construcción de proyectos arquitectónicos y urbanos.

Nuestra organización está conformada por mujeres y hombres, siendo las primeras, mayoritarias en la composición
de este grupo. Conjuntamente con nuestros compañeros, hemos sabido construir herramientas para afrontar en distintos ámbitos la descalificación, violencia y desigualdad que en ellos crece, y que a su vez se naturaliza por el conjunto de la sociedad. Aunque en el contexto del sistema de relaciones vigente, el género femenino se lleva la peor parte, no desconocemos la profunda crisis que atraviesa el género masculino en tanto su deber de proveedor y referente del sexo fuerte.

Por mandato social las mujeres tenemos a cargo el cuidado de todo. Somos las madres, enfermeras, maestras, abuelas, cuidamos de niños, jóvenes y ancianos. Pero también somos administradoras, asistentes y colaboradoras en todos los ámbitos donde nos desarrollamos. En casi todos los casos somos objeto o propiedad de alguien, y son contadas las situaciones donde esto no sucede puesto que seguramente nos encontramos en la dirección de alguna tarea.

Las políticas neoliberales han vaciado los programas sobre salud sexual, y continúan situando a la reproducción como una responsabilidad estrictamente del género femenino, sin profundizar en programas garanticen la educación sexual para ambos géneros. Han reducido el número de centros barriales y quitado los subsidios a los servicios de energía, transporte y saneamiento. Y no conformes con esto han convertido la ciudad en un producto del mercado, hecho que también opera contra la posibilidad de uso del espacio público por parte de aquellos que no poseen medios para comprar este producto.

Estas acciones refuerzan la relación de opresión hacia la mujer más allá de la vida privada, propiciando otra forma de reproducción y acumulación del capital, donde prevalece el valor de cambio por sobre el valor de uso. La principal dificultad es identificarlo en lo cotidiano, y a su vez, es el salto necesario que debemos dar para posicionarnos ante la realidad desigual. 

Necesitamos superar la reacción, necesitamos una explicación que nos permita entender que todos somos rehenes de un sistema privatista que nos aleja y nos impide vincularnos en lazos democráticos y humanistas. 

Para sostener esta posición buscamos trabajar con aquellos que reconocen la opresión del sistema y trabajan en su transformación. En ese camino hemos trabajado con organizaciones sociales y grupos académicos que privilegian la acción colectiva; principalmente en los barrios populares, donde nos hemos encontrado produciendo con mujeres, referentes de esta lucha en lo cotidiano.

Restituir la política de género de Proyecto Habitar 

Parados en este contexto, entendemos que es necesario revisar nuestra práctica para deconstruir lo dado por el sistema vigente, trascendiendo la idea de la mujer en la casa, los roles y las relaciones de poder prestablecidas.

Sumándonos al reconocimiento de la mujer en la producción de arquitectura a través del Blog “Un día una arquitecta”, hemos realizado un rescate de nuestra práctica, resignificando el lugar que desempeñamos en la producción. En el ámbito de nuestro estudio las mujeres ocupamos los cargos de dirección política en un porcentaje mayor que los varones; no por demagogia sino por acuerdos colectivos, poniendo en valor las capacidades para desarrollar un rol, sin importar el sexo.

Propiciamos relaciones de colaboración y compañerismo, dando el debate cada vez que sea necesario. Hemos decidido que a igual tarea, hombres y mujeres obtenemos la misma remuneración. En contraposición a lo que sucede en general en la producción de arquitectura, donde se nos asigna el rol de confección de documentación, embellecimiento u organización de espacios. Rara vez somos quienes dirigimos los procesos de proyecto y menos frecuente aún es encontrarnos al frente de un estudio, una cátedra o una constructora.

Promovemos una política de acompañamiento para que las compañeras que tienen hijos puedan participar de igual modo en la producción del grupo, incorporando esa tarea a las preocupaciones colectivas. Esto busca desnaturalizar, en conjunto, el rol de cuidadoras que mantiene a las mujeres en la escucha comprensiva y compasiva, que nos impide desarrollarnos en la dirección de proyectos  transformadores.

Esta política que empieza en la organización interna del grupo, se extiende a aquellos lugares donde diseñamos los  procesos productivos. En las obras hemos definido los equipos con mujeres en la dirección, sobre estantes y capataces, oficiales, medio oficiales y ayudantes. La selección de mujeres trabajadoras ha sido acompañada por un proceso de seguimiento continuo para sobrellevar los obstáculos que se fueron presentando.

Este proceso implicó la jerarquización de su trabajo y el crecimiento y fortalecimiento individual como sujetos activos y transformadores. Promovimos la incorporación como obreras de aquellas mujeres que contaban con la experiencia de haber construido sus casas, aunque ellas no lo reconocieran como trabajos. El hecho de no haber recibido remuneración por dichas prácticas las hacia invisibles y no contaba como calificación. Las mujeres que buscaron trabajo en la obra fueron numerosas, sin embargo, se postulaban para realizar tareas de limpieza y cocina. 

De esta manera, logramos una gran participación femenina en la obra, en particular entre diciembre y abril. Sostener su presencia en la obra se vio dificultada frecuentemente por la demanda del cuidado de algún niño fuera del horario escolar o bien de algún enfermo.
También hemos tenido que realizar acuerdos con los trabajadores del género masculino respecto al trato humanista e igualitario para  cualquier compañero de la obra y en particular respecto a las mujeres. En estos ámbitos, prevalece una política colaborativa y solidaria,
con la capacitación en pos de fortalecer los conocimientos de las trabajadoras, para lograr roles más igualitarios.

Programa de acción

En un intento por precisar en los obstáculos que afrontamos para desarrollar una política de género humanista e igualitaria hemos identificado que existen diferentes planos del debate y que en cada uno es necesario dar una pelea especifica.

Visibilizar el género que se encuentra oculto no es solo para tener un dato más para actuar. Perseguimos la visibilización de los actores de la ciudad para que sean parte de las decisiones. Necesitamos posicionarnos sobre estas desigualdades y proyectar espacios transformadores que estimulen el desarrollo de una sociedad democrática.

Necesitamos tener una mirada del mundo que vea las desigualdades y las incorpore a los problemas específicos de su quehacer:
Pensar, desde la profesión de lxs arquitectxs, un urbanismo que incorpore la perspectiva de género, pensar en un urbanismo inclusivo, que redefina los objetivos según las necesidades de una sociedad, que incluya la diversidad de situaciones de las cuales formamos parte las mujeres y los hombres.Visibilizar las vivencias, percepciones y experiencias de las que aún hoy son protagonistas las mujeres, es poner en valor las tareas de la reproducción, el cuidado de otras personas y del hogar.

Propiciar marcos regulatorios que den prioridad a las necesidades de quienes sufren el acceso asimétrico a la ciudad, ya sea por asimetría de poder en relación al género, la franja etaria o las posibilidades materiales de acceso a la producción, es incorporar la mirada de los
sujetos de necesidad a las políticas urbanas.

Derribar las barreras urbanas que provocan segregación y contraste, es contrarrestar los procesos urbanos de desigualdad, incentivando la incorporación de transporte público de calidad, y la multiplicación de espacios de encuentro de distintas escalas.
Rechazar la estructura patriarcal y patrimonialista instalada, favorece el crecimiento, no solo en la discusión sino en acciones concretas, necesario para que podamos hablar de una perspectiva de género.

Todxs aquellxs que estamos dispuestos a transformar esta injusta relación de opresión tenemos que revisar nuestras acciones cotidianas, en cada uno de los roles que nos toca desempeñar a diario para seguir apostando a la construcción de una sociedad de pares.

PROYECTO HABITAR

marzo 2018

 

Links:

ESPACIO URBANO Y GÉNERO COMO CONSTRUCCIONES SOCIALES . Ver

UN DIA | UNA ARQUITECTA,  Eugenia Jaime. Ver

Aparición con vida de Santiago Maldonado. Con vida se lo llevaron, con vida lo queremos

Este hecho lamentable representa otra manifestación de la desigualdad que sufrimos y de la represión sistemática que sostiene la injusticia e inequidad territorial. En una disputa sostenida y asimétrica en la que los sectores populares, intelectuales, profesionales y minorías oprimidas, luchamos para acceder al territorio, a la educación, a la salud, a la vivienda, a los servicios y al goce pleno de derechos. De esta manera, nos restringen la posibilidad de utilizar todo ese tiempo y todo ese esfuerzo humano para desarrollar una vida socialmente más valiosa.
Nuestra organización de arquitectxs y urbanistas concibe su práctica situada en un contexto determinado, asumiendo la responsabilidad social histórica de trabajar en conjunto con los sectores sociales mas desfavorecidos, para aportar a la construcción de un mundo mas justo y equitativo (social y espacialmente), mediante la generación de transformaciones espaciales que posibiliten desarrollar tratos sociales mas elevados.
En este camino, apostamos a la humanidad, a la vida y a la transformación de las situaciones de desigualdad en la que vivimos.
Por todo esto decimos:
La tierra no es una mercancía, la tierra es un derecho para todxs.
APARICIÓN CON VIDA DE SANTIAGO MALDONADO
¡¡NUNCA MÁS DESAPARECIDOS EN LA ARGENTINA!!

PROYECTO DE LEY DE ACOMPAÑAMIENTO TÉCNICO-PROFESIONAL Y PÚBLICO

PROYECTO DE LEY DE ACOMPAÑAMIENTO TÉCNICO-PROFESIONAL Y PÚBLICO*

ARTÍCULO 1°. Declárese de interés público el acompañamiento técnico-profesional y público.

ARTICULO 2°. Objeto. La presente Ley tiene por objeto garantizar el acceso al conocimiento técnico-  profesional orientado a mejorar las prácticas de producción social del hábitat urbano/rural a través de un servicio de acompañamiento técnico profesional.

ARTÍCULO 3°. Entiéndase como servicio de acompañamiento técnico-profesional todos los trabajos/tareas de consulta; construcción de demanda, proyecto, acompañamiento y ejecución de obras vinculados a la producción social del hábitat.

ARTÍCULO 4°. Producción Social del Hábitat (PSH) es la capacidad adquirida históricamente por la población para generar, mediante su participación sustantiva, espacios habitables con el objeto de satisfacer sus necesidades, incluyendo: el acceso a la tierra, la vivienda y el hábitat; infraestructura y servicios; y equipamiento colectivo comunitario y productivo.

ARTÍCULO 5°. Los principios rectores de la presente Ley son:

a) El carácter interdisciplinario, multi-actoral, participativo y democrático del acompañamiento técnico-profesional

b) El reconocimiento de los saberes populares vinculados a la producción social del hábitat

c) El reconocimiento del derecho al acceso al conocimiento como un componente del derecho humano a la vivienda y al hábitat adecuado en el espacio urbano y rural.

ARTÍCULO 6°. Alcances.

1) Asesorar y gestionar, dentro de los marcos vigentes, mecanismos de acceso a la tierra y al hábitat urbano/rural y orientar en procesos de planificación urbana participativa;

2) diseñar y gestionar proyectos de urbanización barrial/interbarrial de comunidades urbanas/rurales y procesos de regularización integral;

3) asesorar, diseñar y dirigir proyectos de obra nueva/ remodelación/ ampliación de viviendas y mejoras del hábitat, infraestructuras urbanas y equipamientos sociocomunitarios;

4) asesorar, diseñar y dirigir proyectos de construcción y mejora del espacio público;

5) asesorar y gestionar en cualquier otro tipo de práctica que requiera acompañamiento técnico-profesional vinculado a la producción social del hábitat rural/urbano.

ARTÍCULO 7°: Sujetos alcanzados. Sujetos individuales/colectivos que participan en prácticas de producción social del hábitat urbano/rural, tales como: – Hogares con vivienda única y residencia permanente que presenten algún tipo de déficit en relación al hábitat. – Organizaciones sin fines de lucro. – Organizaciones representativas barriales/territoriales.

ARTÍCULO 8°: La autoridad de aplicación será designada por el poder ejecutivo en reglamentación.

ARTICULO 9°: Serán funciones de la autoridad de aplicación:

a) Generar mecanismos que tiendan a la aplicabilidad de la presente ley en todo el territorio.

b) Asignar las partidas presupuestarias correspondientes a las provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los municipios, según hayan adherido a la presente ley.

c) Crear y actualizar el Registro Público Nacional de Profesionales-Técnicos y Equipos Transdisciplinarios.

d) Convocar y organizar encuentros de capacitación e intercambio de experiencias al menos dos veces al año.

ARTICULO 10°. Créase el Consejo de Acompañamiento Técnico-Profesional Público en el ámbito de la autoridad de aplicación que debe actuar como órgano multiactoral de consulta, asesoramiento y seguimiento. Estará compuesto por representantes de organizaciones sociales; representantes de organizaciones de la sociedad civil que entienden en la materia; representantes del poder legislativo (garantizando la representación de todos los Bloques Legislativos que posee la misma); representantes de universidades públicas; representantes de la Defensoría del Pueblo y el Ministerio público de la defensoría; todo actor que la autoridad de aplicación considere pertinente.

ARTICULO 11°. Mesas Coordinadoras Participativas. En el caso de acompañamiento de índole colectiva, se conformarán Mesas Coordinadoras Participativas para llevar adelante su diagnóstico, propuesta, planificación y seguimiento. Las Mesas estarán conformadas por la comunidad involucrada (vecinos del barrio, organizaciones sociales), el equipo prestador del servicio de acompañamiento técnico-profesional y un representante de la autoridad de aplicación local.

ARTICULO 12°. De los prestadores. Los prestadores de acompañamiento técnico-profesional público podrán ser profesionales independientes o equipos de trabajo transdisciplinarios conformados preferentemente por 4 áreas disciplinares: construcción, social, jurídico, económico, así como cualquier otra área disciplinar vinculada a la necesidad de resolución de las diversas problemáticas del habitat. Los equipos de trabajo transdisciplinarios podrán estar conformados por:  

Integrantes de organizaciones sin fines de lucro/no gubernamentales que tengan por objetivo la mejora del hábitat rural/urbano y/o el desarrollo comunitario.  Integrantes de programas de residencia o práctica profesional.

 Académicos/Investigadores/Docentes de las áreas de intervención vinculadas al hábitat o al desarrollo comunitario.  Profesionales independientes con formación acreditable.

Toda aquella persona que acredite conocimiento y/o experiencia en la tarea  mediante declaración jurada de curriculum vitae. Tanto los profesionales independientes como los equipos de trabajo transdisciplinarios deben encontrarse previamente inscriptos en el “Registro Público de Profesionales Técnicos y Equipos Transdisciplinarios” para proveer los servicios de acompañamiento regulados por la presente ley.

 ARTÍCULO 13°. Del “Registro Público Nacional de Profesionales-Técnicos y Equipos Transdisciplinarios”. Créase en el ámbito de la autoridad de aplicación un “Registro Público Nacional de Profesionales-Técnicos y Equipos Transdisciplinarios”. Todas aquellas personas interesadas en asesorar a los diferentes individuos/organizaciones sociales solicitantes del servicio deben inscribirse en el presente Registro. Los profesionales y técnicos podrán hacerlo individualmente o como Equipo Transdisciplinario. La inscripción en el Registro implica la apertura de un legajo del Profesional o del Equipo Transdisciplinario, donde constarán los antecedentes y los resultados de los proyectos realizados. Los postulantes al Registro deberán participar de una capacitación orientada a:

a) dar a conocer los principios rectores y alcances de la presente ley,

b) fomentar el desarrollo de metodologías de trabajo de carácter participativo y de democratización del conocimiento.

ARTICULO 14°. De la contratación, selección y remuneración de los prestadores.

a) La selección y contratación de los profesionales o de un Equipo Transdisciplinario será responsabilidad y obligación exclusiva de la autoridad de aplicación local, con consentimiento previo de los destinatarios de la prestación. En caso de no tener preferencia por ningún profesional o Equipo Transdisciplinario la asignación será realizada por la autoridad de aplicación local.

b) La remuneración estará sujeta (a) al período que dure la prestación del servicio y (b) a un plan de trabajo. El monto de la remuneración será pautado por la autoridad de aplicación.

ARTÍCULO 15°. Del incumplimiento de las obligaciones. Si los profesionales-técnicos y los Equipos Transdisciplinarios incurrieran en incumplimiento de sus obligaciones, este se registrará en sus respectivos legajos que serán de dominio público. ARTÍCULO 16°. Fondos. La autoridad de aplicación creará un fondo de asignación específica que garantizará la implementación de la presente ley. El mismo estará compuesto por:  Un porcentaje del presupuesto anual asignado a la autoridad de aplicación. Los recursos de afectación específica que eventualmente se creen. Otros ingresos que oportunamente se establezcan.·

 ARTICULO 17°. Invítase a adherir a las provincias, los municipios y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a la presente ley.

ARTICULO 18°. Las provincias, los municipios y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires determinarán sus respectivas autoridades de aplicación locales de la presente ley, articulando con la autoridad de aplicación nacional.

*Esta ley fue desarrollada en el marco de Habitar Argentina – Iniciativa multisectorial por el derecho a la Tierra, la Vivienda y el Hábitat -, impulsamos el proyecto de ley de Acompañamiento Técnico-Profesional y Público. 

 

Sobre la Ley:

Video ver

Nota Diario Clarín. ver

Nota APA! Espacio periodístico y documental. Tucumán. ver

Sobre Habitar Argentina:

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web ver

 

Proyectar el conocimiento científico

En el marco de la visita de la Dra. Arq. Dania González Couret, quienes conformamos Proyecto Habitar nos encontramos con ella para debatir acerca de la necesidad de aproximarnos al conocimiento científico como un aspecto imprescindible para el desarrollo disciplinar.

Durante la charla en nuestro estudio, Dania expuso una compleja posición frente al problema del conocimiento. A lo largo de nuestra formación como arquitectos, ya sea que nos encontremos proyectando, construyendo, enseñando o aprendiendo, adquirimos una serie de habilidades de las cuales nos apropiamos, para poner en práctica día a día desde nuestra acción disciplinar. Estas habilidades se transforman en afirmaciones sobre las que nos posicionamos, muchas veces sin necesidad de demostrar un argumento. Son conocimientos acumulados durante nuestra vida.

Para trascender esta posición naturalizada, es necesario conceptualizar nuestra práctica y generar un aporte en el desarrollo de nuestra disciplina. Es por esto que en Proyecto Habitar reconocemos la fuerte necesidad de fundamentar el porqué de las cosas.

El proceso de producción del conocimiento científico parte de una fundamentación que posibilita afirmar lo que decimos, con un sustento teórico y objetivo ¿Por qué estoy diciendo esto? ¿por qué hice esto? ¿por qué puedo afirmar esto? ¿por qué puedo decir que esto es cierto?

“No es suficiente pensar que la razón por la cual se va a investigar es la necesidad de conocer más”-  afirma Dania González Couret- “sino que la razón debe ser la necesidad de perseguir la solución a un problema, un problema real, concreto, de la vida, de la sociedad; este problema se transformará en un problema científico. Este es el punto de partida donde se explica el porqué de la investigación. Ese problema, formulado como una pregunta, guiará y motivará el desarrollo del trabajo; y su respuesta será la hipótesis. Una idea a defender, un discurso teórico”.  

En nuestro caso, llevamos adelante proyectos de investigación, individuales y colectivos, que fundamentalmente parten de un fuerte compromiso con realizar un trabajo serio y sostenido que aporte a resolver problemas del hábitat en los barrios populares del AMBA.

Como arquitectos y urbanistas, en Proyecto Habitar, perseguimos la idea de que es necesario trabajar con los problemas que tienen que ver con nuestra formación, con aquellos que nos atraviesan día a día, y cuyas soluciones nos permiten intervenir en la realidad.

Investigar estos problemas y buscar sus respuestas no solo aporta a nuestro desarrollo profesional, sino que trasciende la temporalidad de su acción y buscan aportar a los proyectos con otros en el interés por mejorar el hábitat desde nuestra disciplina.

Proyecto Habitar

· Entrevista a Dania González Couret, Centro de Hábitat Inclusivo. Sobre la enseñanza de arquitectura e investigación. ver
· Producciones teóricas de Proyecto Habitar publicadas. ver

 

 

Imagen: tesis de Maestría de Arq. Julián Salvarredy, Proyecto Habitar.