Relatora: Maite Niborski

En la calle Jaceguai al 520 de la ciudad de São Paulo, próxima a una ruidosa autovía, una sobria fachada blanca enmarca una cortina de chapa azul que protege el Teatro Oficina.

Es la transformación de una antigua fábrica en un espacio destinado a la producción de artes escénicas de la compañía con el mismo nombre. Se desarrolla en un terreno de 8,90m x 50m, prevaleciendo el largo por sobre el ancho. En el sentido norte sur, desde la calle Jaceguai al centro de manzana, lo recorre un eje longitudinal que atraviesa el terreno con 1,5m de ancho por 50m de largo, y toma 15m de altura. Sobre la medianera oeste se abre un gran ventanal vidriado, que relaciona el eje longitudinal con la esquina de l a manzana, un lugar amplio, abierto y con vegetación. Sobre la medianera este se despliega una estructura de andamios donde se desarrollan las pasarelas en 3 niveles que contienen asientos; estos son de madera y pueden moverse con independencia de dicha estructura. Los camarines son mobiliarios que se distribuyen en distintos sectores del lugar. La cubierta de la fábrica fue refaccionada para permitir su apertura sobre el eje longitudinal, de manera que al abrirla se despliega el cielo en la escena. Las huellas de los distintos momentos que atravesó el espacio están visibles en sus paredes.

Se trata del predio cuyo espacio se transformó en el proceso del proyecto cultural y social de la compañía Teatro Oficina, del cual la última expresión física fue diseñada por les arquitectes Lina Bo Bardi y Edson Elito.

Con les compañeres de Proyecto Habitar queríamos conocer particularmente el proceso en el cual se materializaron las transformaciones de este espacio, con el interés de profundizar en la relación de las obras de arquitectura y el programa social en el que se inscriben. Teníamos algunos indicios de que se trataba de una obra proyectada con una gran sensibilidad, pero desconocíamos el proceso histórico en el que estaba inscripta la obra, y más aún la historia de lucha por el derecho a la ciudad de la compañía de teatro. Fue así que nos contactamos previamente con la compañía para programar una visita guiada.  El día pactado para la visita nos recibió Pedro, quien nos contó el proceso histórico de la compañía y su propuesta teatral. Compartimos un relato y algunas reflexiones que nos despertó la visita.

El predio está ubicado en el Barrio de Bixiga, en la ciudad de São Paulo. Inicialmente tenía como destino una fábrica de hierro en la planta baja, y vivienda en la planta alta. Las proporciones esbeltas del lote se corresponden con la configuración del barrio, habitado fundamentalmente por inmigrantes provenientes de Italia en búsqueda de trabajo, que construyeron sus viviendas y locales en función de la lógica constructiva del sur europeo de principios del siglo XX.

Hacia las décadas del ‘40-‘60, el barrio fue transformando su carácter industrial en polo cultural de la ciudad, dando origen a diversas compañías y escuelas de teatro, en el contexto nacional que en la década siguiente conformaría un movimiento llamado Tropicália, que reunía diferentes expresiones culturales originarias y exóticas, con el propósito de construir una nueva, con características propias de Brasil. La compañía Teatro Oficina se constituye en 1959, y encontró en el espacio de la antigua fábrica italiana, la posibilidad de llevar adelante una idea de teatro que propusiera una relación activa entre el público y el hecho teatral, trabajando temáticas de interés social.

Este programa social / cultural generó una primera necesidad de transformación espacial, para lo cual contrataron al arquitecto Joaquin Gueves, que propuso transformar el espacio en unas gradas enfrentadas, con el espacio escénico en el centro.

Los años de dictadura que iniciaron el ´64 dificultaron el desarrollo de la compañía. En 1966 la CCC (Comando de Caza a los Comunistas) produjo un incendio que arrasó con el espacio, como acción para frenar las actividades que allí se sucedían. Ante el hecho, la compañía se mudó a Rio de Janeiro y promovió nuevas piezas con el sentido de reunir recursos para su reconstrucción, de manera que al año siguiente lograron volver al teatro.

Ese momento histórico estuvo atravesado por una serie de operaciones urbanas del gobierno militar que incidieron en el barrio de Bixiga, con la construcción del viaducto Minhocão que dividía al barrio en dos, e implicaba la demolición de distintas manzanas. Teatro Oficina se encontró con la arquitecta Lina Bo Bardi en una crítica a la deshumanización de la ciudad, a partir del montaje de la obra “La jungla de la Ciudad”, escrita por Bertolt Bretch. La arquitecta propuso un diseño escenográfico en el cual se hicieron visibles en un ring de box, objetos de la vida cotidiana tales como colchones, sábanas, juguetes, tirados al ring junto con materiales de construcción, troncos de árboles caídos, y grafitis en las paredes replicando el eslogan del plan urbano “San Pablo se humaniza”. La obra era una manifestación pública en desacuerdo de las medidas tomadas por el gobierno militar para la transformación de ese espacio urbano, que luego configuraría una propuesta urbana del espacio del teatro para con el barrio.

En 1974 los artistas del colectivo fueron exiliados. A su vuelta en los ´80, observaron que era necesaria una nueva transformación espacial, que diera cuenta de los procesos de transformación social, y una nueva vuelta en las ideas que guiaban la conformación de un espacio escénico como proceso continuo, donde el que esté en él, esté en escena. Convocaron a Lina Bo Bardi que trabajó junto a Edson Elito en el nuevo proyecto.

El proceso proyectual del espacio les arquitectes introdujeron el concepto de calle, que promovió por un lado una relación dinámica entre el espacio escénico, los habitantes y las acciones que en él se realizan; y por otro el interés de fomentar la relación del teatro con la calle, buscando un diálogo con el espacio urbano. Frente a las transformaciones urbanas de segregación en los años de dictadura, el teatro se proyectó en la idea de expandirse más allá de los límites físicos del terreno, que permitiera el uso del espacio público, de una ciudad en vínculo con la naturaleza.

El proceso de producción de la obra duró 10 años (´84 al ´94). Durante la obra de arquitectura, la compañía utilizó el espacio para ensayar, materializar piezas escénicas, encontrarse; actividad que modificó el resultado espacial respecto al proyecto original. Elementos como el cantero de tierra, la fuente de agua, o la trinchera del piso, fueron resultado de la necesidad de resolver escenografías de distintas obras que se realizaron a lo largo del tiempo. La materialidad de las gradas se proyectó con la intensión de permitir la movilidad del espacio, que trascendiera los límites del teatro hacia el espacio urbano, aunque en la práctica la estructura de andamios quedó fija por ser difícil de modificar en lo cotidiano.

En los años ´80 Silvio Santos, poderoso empresario y propietario de SBT (la segunda red de televisión más grande del país), compró la manzana del teatro para hacer un desarrollo inmobiliario. El valor social y espacial del Teatro Oficina, con la lucha de la población por la disputa del espacio, imposibilitó la venta de esa parcela, que fue considerada patrimonio histórico y cultural. Ante este nuevo proceso de segregación urbana, la compañía en conjunto con un grupo de vecinos, se unió en un movimiento con el proyecto de convertir el espacio que rodea al teatro en el Parque de Bixiga, en actual disputa por el uso y goce de espacios públicos para la ciudad.

El proceso de transformación del Teatro Oficina es una experiencia en la que es posible encontrar un desarrollo virtuoso de la dimensión social que posee la arquitectura. Una arquitectura en constante relación con las personas y sus ideas, que fue posible por un colectivo social que se propuso trascender los límites de su práctica, y por arquitectes que pusieron en diálogo esas proyecciones con la producción del espacio.

La arquitectura no hace por sí sola el movimiento de la gente, es la gente que se mueve y transforma el espacio. Arquitectura que se produce en relación con un programa social, en constante transformación, que dialoga con los procesos de desigualdad urbana, en una lucha por el derecho a la ciudad.

 

                                                 

 

 

 

 

 

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Proyecto Habitar