¡QUE SEA LEY! Por el Acompañamiento Técnico-Profesional y Público

Autor: Ricardo De Francesco

 

El trabajo sostenido que realizan pobladores y organizaciones para autoproducir su hábitat no está socialmente reconocido como tal, a pesar de representar una actividad que ocupa a millones de personas, moviliza múltiples recursos y transforma el territorio[1]. Con las prácticas que desarrollamos les profesionales y técnicos acompañando estos procesos pasa algo similar, no se reconocen como trabajo[2].

Este modelo injusto de construcción social, que se sustenta con el trabajo oculto e invisibilizado, es una de las manifestaciones de la desigualdad del proceso de producción de nuestras ciudades. Como arquitectes, la revisión crítica de estas omisiones nos moviliza a pensar constantemente cómo desarrollar procesos hacia la universalización de conocimientos y la construcción de políticas públicas que incluyan como parte de sus objetivos el acompañamiento técnico-profesional.

Parados sobre estas preocupaciones, desde Proyecto Habitar y en conjunto con otras organizaciones profesionales, académicas y sociales, promovimos la creación de una Comisión de Acompañamiento-Técnico en el colectivo HABITAR Argentina[3], desde la cuál elaboramos un Proyecto de Ley Nacional de Acompañamiento Técnico-Profesional y Público.

Esta propuesta se inscribe dentro de un debate sostenido durante años, por múltiples actores en distintos ámbitos: encuentros y prácticas académicas en universidades de todo el país; jornadas legislativas; mesas barriales; consejos de hábitat; encuentros de equipos técnicos y debates en instituciones profesionales.

También retoma las experiencias de aprobación legislativa en nuestra región, como el caso de la Ley de Asistencia Técnica Federal de Brasil (2008), y en el ámbito local, la Ley Provincial de Asistencia Técnica de Santa Fe (2019).

El proyecto reúne estas contribuciones y amplía la mirada sobre la cuestión. El acompañamiento técnico-profesional se reconoce tanto en la producción de proyectos y obras, como así también en las múltiples dimensiones que inciden en la vida cotidiana. Asimismo, complementa los saberes populares con el aporte de los diversos actores y disciplinas que participan en la transformación del hábitat. Estas nociones se incluyen en los principios rectores de la ley.

Otro aspecto sustantivo del proyecto es el reconocimiento del trabajo sostenido de técnicos y profesionales en el territorio, que posibilite relaciones de proximidad con la población, servicio orientado a promover un Sistema Integral de Atención Primaria de Hábitat (Jaime; Salvarredy, 2011) donde les pobladores puedan recurrir para abordar sus problemas habitacionales, más allá de que exista en ese territorio la aplicación de políticas públicas de hábitat.

Hoy, y en medio de la emergencia sanitaria, se hicieron socialmente visible los problemas habitacionales y urbanos con los que convivía la población previamente, y que a pesar de todos los esfuerzos sociales y políticas públicas implementadas resulta muy complejo contrarrestar en tan poco tiempo. Principalmente porque estos problemas son el resultado de un proceso histórico de implementación sistémica de políticas urbanas que produce la exclusión de la población al derecho a la vivienda y a la ciudad.

En este contexto, entendemos que el proyecto de ley, asociado a las políticas de hábitat, puede aportar a contrarrestar progresivamente esta situación. Actualmente, estamos trabajando con legisladores y asesores de diferentes bloques para que el proyecto pueda ingresarse al Congreso Nacional, con la perspectiva que se convierta en ley. Y de esa manera, institucionalizar que el conjunto de la sociedad, y especialmente los sectores populares, puedan acceder al acompañamiento técnico-profesional. Y que a su vez, este acompañamiento represente un trabajo sostenido y remunerado para les profesionales y técnicos del hábitat.  

Sabemos que es una tarea difícil. Reunamos los esfuerzos y el trabajo para avanzar en el acceso universal al conocimiento técnico-profesional, como un componente significativo para promover el derecho al suelo, a la vivienda y a la ciudad.

 

 

[1] De acuerdo al Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP, 2017), en Argentina hay mas de 4 millones de personas que habitan en barrios populares.

[2] Según un estudio realizado por la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (2013) en Argentina hay alrededor de 100.000 arquitectes activos, de los cuáles el 60% está matriculado. El 40% restante trabaja en relación de dependencia (en entidades gubernamentales o empresas privadas) o realiza actividades por fuera del mercado formal.

[3] Habitar Argentina. Iniciativa multisectorial por el derecho a la tierra, la vivienda y el hábitat http://www.habitarargentina.org.ar/

No al Muro, SI a la Urbanización

Autores: Eugenia Jaime;  Gastón Janza; Gabriela Torrents

 

Tras un poco más de 2 meses del inicio del proceso de Asesoría Urbana en el Barrio Ferroviario, localizado en San Fernando, y luego de experimentar un continuo intercambio semipresencial, tuvimos la oportunidad de encontrarnos y tener la primera asamblea barrial.

Participaron alrededor de 20 familias de las 42 conforman la manzana tres y cuatro. Además, participaron otros actores que forman parte del proceso de gestión social del hábitat desde lo jurídico, lo cultural y lo urbano-habitacional. El objetivo de la asamblea fue construir conjuntamente un estado de situación frente a la problemática del acceso a la vivienda y al hábitat en el contexto del Covid.

Los problemas que señalaron les pobladores fueron, la falta de agua potable, la conexión eléctrica deficitaria y los peligros de incendio y corte de luz, la necesidad de cloacas, veredas, e infraestructura para la separación de residuos. En particular relataron las amenazas que enfrentan del personal del Ferrocarril, quienes quieren construir un muro que los dejarían con un pasillo, sin luz, sin posibilidad de entradas de vehículos ni ambulancias, sin espacio de esparcimiento. Esta calle, paralela a la reja de las vías del ferrocarril hoy es un espacio de intercambio, circulación, protección y seguridad para mujeres y niños, una calle peatonal, de transito lento que comunica la estación de Ferrocarril Victoria con la avenida Sobremonte.

El intercambió tendió un puente para problematizar las situaciones relatadas e identificar que el interés que los reúne a cada une es la mejora del barrio, en su totalidad, el cuidado de los bienes comunes y el derecho a acceder a un hábitat justo. El encuentro fue una gran oportunidad para escuchar a les habitantes y las problemáticas cotidianas individuales y colectivas, desde una perspectiva de acceso a los derechos urbanos.

En primer lugar, la asamblea permitió acordar en la urgencia de resistir al cierre de la calle de las Vías para cuidar el espacio de todes. En segundo lugar, se constituyó en una piedra angular para la creación de una mesa de urbanización que reúna los intereses de cada manzana, de cada familia, de cada institución que trabaja cotidianamente en la construcción social del barrio.  Un espacio para poder seguir dialogando, trabajando y proyectando.

De esta forma, pobladores y trabajadores del hábitat seguimos en camino para promover una transformación urbana que aproxime aquello que tanto sueñan como Barrio Ferroviario.

ORGANIZACIÓN SEXUAL DEL TRABAJO. Consecuencias en las condiciones de existencia.

Autoras: Ma. Eugenia Jaime, marieugeniajaime@gmail.com; Victoria Mansilla, victoria.e.mansilla@hotmail.com; Lisandry Ruiz Diaz, lisandry1901@gmail.com; Maite Ugalde, maiteayelenugalde@gmail.com

 

Como hemos desarrollado en otros escritos de Proyecto Habitar, los roles asignados a cada género son una construcción social, y como tales nos corresponde a todos/as/es trabajar para desnaturalizar las relaciones desiguales de existencia a la hora de apropiarnos del mundo que nos rodea. La división del trabajo por sexos por tanto caracteriza la distribución de los trabajos productivos y reproductivos sentando las bases de la persistencia de las desigualdades de género.

En América Latina, en las grandes áreas urbanas el salario de una mujer representa el 84% del salario promedio de un varón. Esto está relacionado a la cantidad de horas que pueden dedicar las mujeres al trabajo remunerado, en promedio las latinoamericanas dedican 40 horas semanales al trabajo fuera del hogar, mientras que los varones 48 horas semanales. En países como Guatemala, esta cifra aumenta, ya que las mujeres dedican el 86% del tiempo a tareas no remuneradas, es decir, reproductivas.

En Argentina, las mujeres dedican al trabajo remunerado 35 horas semanales en promedio, contra 45 horas que dedican los varones. En este sentido, las provincias que representan mayor brecha salarial de género son: Jujuy, La Rioja, San Luis, Santa Cruz y Chubut, donde la diferencia salarial alcanza hasta un 35%.

El 94,1% de las mujeres económicamente activas en Argentina, realizan las tareas de cuidado de los niños, mientras que sólo el 64,1% de varones cumplen con las mismas tareas, es decir, solo seis de cada diez varones realizan las tareas de cuidado.

En el caso de la Provincia de Buenos Aires y CABA, la distribución de las tareas no remuneradas es similar al contexto nacional. En el caso de las tareas de limpieza y cuidado de la casa, sólo cinco de cada diez varones las realizan, contra nueve de cada diez mujeres. En el caso de cuidado de personas, tres de cada diez mujeres lo llevan a cabo y solo uno de cada diez varones lo realizan. En ese marco, las tareas no remuneradas como el cuidado de niños/as/es y adultos/as/es mayores no son valoradas social y económica y mayormente están vinculadas con la informalidad.

El 40% de las mujeres económicamente activas en el país, están desempleadas o trabajan en el sector informal, esto se traduce a casi 3 millones de mujeres participando en el mercado laboral de manera precaria. La división sexual del trabajo impacta de manera desigual en los géneros, ya que al asignarles a las mujeres las tareas reproductivas del hogar quedan limitadas a acceder a trabajos remunerados que sean acoplables con las actividades hogareñas. Aunque en todo el país se puede percibir las desigualdades entre mujeres y varones en el acceso al mercado laboral, es en los aglomerados más pequeños que esta brecha se extiende aún más.

La desocupación laboral afecta mayormente a las mujeres que, a los varones, no importa el nivel educativo ni las condiciones sociales, en este sentido, el tiempo de desocupación suele ser mayor en el caso de las mujeres, esto se debe a los roles asignados socialmente a ambos en el hogar y fuera de ella. En relación con esto, la principal ocupación de las mujeres es el servicio doméstico, representa el 21% de las asalariadas y cuenta con los mayores niveles de precarización laboral y bajos salarios. Es decir, de alguna manera las mujeres están condicionadas a reproducir fuera del hogar las tareas asignadas socialmente.

La participación en puestos de decisión es discriminada entre mujeres y varones, en los casos en los que las mujeres logran acceder a puestos jerárquicos, en general son gerencias de menor remuneración como por ejemplo recursos humanos o administrativos, en contraposición con los varones que acceden a gerencias financieras o productivas, con mejores remuneraciones. Esta brecha se percibe con claridad en el ámbito de la construcción, donde las mujeres solo ocupan el 15% de los puestos de dirección y los varones el 85%.

En el ámbito universitario, teniendo en cuenta que hay 66 universidades nacionales, solo siete tienen rectora mujer. Visto que el último censo (2010), en el que se registra que por primera vez en la historia hay más mujeres graduadas que varones, ¿por qué las mujeres siguen siendo minoría en ámbitos de decisión?

La grieta no es solo en el acceso al trabajo remunerado sino también en el sueldo que perciben mujeres y varones, las mujeres en Argentina ganan 27% menos que los varones teniendo en cuenta datos brindados por el Banco Central de la República Argentina, esto está relacionado con el tiempo que disponen las mujeres para realizar trabajos remunerados, el 79% del tiempo lo dedican a tareas reproductivas.

En este sentido, la brecha se traduce en el acceso a créditos que requieren mayores garantías y los plazos son más largos, como pueden ser las hipotecas, donde los varones acceden casi el doble que las mujeres, es decir, por cada dos varones accede una sola mujer a los créditos.

Reflexiones finales

Todas estas desigualdades económicas y sociales afectan al desenvolvimiento e independencia de las mujeres y a su vez impiden la construcción de ciudades más equitativas. En este sentido, quedan reflejadas las restricciones que tienen las mujeres para desarrollarse social y económicamente. Esto se traduce en el acceso al suelo, la vivienda y la ciudad. Si las mujeres acceden a trabajos precarizados, poco remunerados y no pueden acceder a créditos, ¿a qué tipo de vivienda pueden acceder? Si el trabajo es el generador principal de movilidad social de las sociedades modernas, es también donde debemos reconocer las principales barreras y transformarlas para generar ciudades más equitativas para todos/as/es.

La lógica mercantil que prima en la posibilidad de acceso a los derechos, y la desigualdad de géneros que padecen las mujeres, condicionan las posibilidades de acceso a servicios básicos de saneamiento, luz, gas y agua, el contemplar espacios para vivir, adecuados a las necesidades de las personas, con una correcta ventilación, con buena aislación térmica y no solo como un techo sobre nuestras cabezas. El acceso a servicios de salud pública en las cercanías, y elementos que faciliten la movilidad son algunos de las cuestiones que consideramos cuando hablamos de derecho a la vivienda y la ciudad.

 

 

 

Referencias bibliográficas: 

https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/informe_ctio_documentodetrabajo.pdf

https://www.pagina12.com.ar/128936-la-brecha-salarial-de-genero

https://www.ambito.com/economia/igualdad-genero/en-america-latina-4-cada-10-trabajadores-son-mujeres-brecha-salarial-es-22-n5019601

https://blogs.iadb.org/igualdad/es/mujeres-enfrentan-mayores-riesgos-ante-coronavirus/

https://es.statista.com/grafico/17227/numero-de-horas-de-trabajode-hombres-y-mujeres/

http://www.bcra.gov.ar/Noticias/8M-Mujeresybrechaeconomica.asp#:~:text=Brecha%20en%20el%20acceso%20al,como%20pr%C3%A9stamos%20prendarios%20e%20hipotecarios.&text=1%25%20de%20varones%20y%20en,de%201%25%20de%20mujeres%20vs.

Barrio Ferroviario, entre la autogestión barrial y las políticas urbanas en barrios populares

Autoras: Ma. Eugenia Jaime, Ma. Gabriela Torrents
Colaborador: Gaston Janza

 

Hace 2 meses, en Proyecto Habitar iniciamos un proceso de Asesoría Urbana en el Barrio Ferroviario, localizado en San Fernando. Este barrio se conformó a partir de una nueva toma de tierras en el año 2019, momento en el que las primeras 10 familias de habitantes se organizaron en una comisión vecinal desde la cual comenzaron a generar distintas acciones para mejorar el espacio barrial. Ese mismo año fueron incorporados al Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP). Actualmente viven 120 personas que gestionan y luchan a diario por alcanzar el derecho a la vivienda y a la mejora del hábitat, resistiendo a la violencia y los obstáculos que han puesto en su camino distintas áreas del municipio de San Fernando y la empresa Ferrocarriles Argentinos. Este barrio se integra con las manzanas 3 y 4 al viejo barrio Ferroviario, que se originó en 1960, por lo que su lucha se suma a un proceso de más de 50 años de vulneración de derechos.

Uno de los productos que hemos realizado en esta primera etapa, ha sido una infografía para trabajar con les pobladores de las 42 viviendas un proceso de urbanización apropiado y consciente, incorporando datos vinculados a las características de la población del barrio, identificando cantidad de niñes y adultes; el porcentaje de tipologías de viviendas, según el tipo de materiales predominantes; una breve cronología del proceso de transformación del barrio y del AMBA; algunos datos jurídicos que acompañan su reclamo, como el artículo 14 bis de la Constitución Nacional que presenta el derecho a la vivienda como un derecho consagrado; elementos de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Derechos de 4° generación, y algunos fragmentos de la Ley de Integración socio urbana de barrios populares. Además presentamos algunas alternativas para la cobertura de infraestructura de servicios básicos, favoreciendo el carácter autónomo y sustentable que actualmente les pobladores le han otorgado.

En el actual contexto, la lucha por el derecho a la vivienda en el Barrio Ferroviario continúa, con la expectativa de poder avanzar en una transformación urbana que promueva “un barrio para la vida”. En este sentido, las políticas de urbanización de barrios populares que se han anunciado a nivel nacional desde la Secretaria de Integración Socio Urbana son prometedoras para este caso, por su orientación a fortalecer la organización socio comunitaria y la participación de quienes protagonizan los procesos de gestión: les pobladores. El diseño de proyectos de infraestructura urbana y de mejoramiento del hábitat son puntos de partida para generar articulaciones con las organizaciones sociales y los problemas del territorio, que tiendan a dar respuestas espaciales apropiadas y sostenibles que transformen la desigualdad urbana que históricamente han vivido.