Hoy nos encontramos llevando a cabo la dirección técnica y coordinación de dos obras de terminación del Plan Federal de Vivienda , gestionado por cooperativas de trabajo a través de la lucha de las organizaciones sociales.

Se trata de un conjunto de 104 viviendas en Campana, y otro de 246 en Moreno, en ambos casos obras interrumpidas con un avance superior al 60%. El trabajo en estos conjuntos abandonados representa diversas dificultades particulares. Desde el punto de vista de su estado, se encontraban deterioradas y parcialmente vandalizadas debido al tiempo transcurrido desde su paralización, lo que implicó tareas de reparación y revisión general, además de complejizar la programación y el avance continuo de los ítems pendientes. Desde el punto de vista del planteo de ciudad que este tipo de proyectos urbanos desarrolla, se trata de viviendas de baja densidad ubicadas en la periferia de estas ciudades, favoreciendo urbanidades extensivas, comprobadamente ineficientes con las que hemos manifestado reiteradamente nuestro desacuerdo.

Asumimos este desafío técnico y urbano, valorando el trabajo generado desde la lucha de las organizaciones populares, y promoviendo la capacidad de gestión y organización de sus capacidades productivas. En ese camino, llevamos adelante las obras junto a los trabajadores de la economía popular; también promovemos y acompañamos las gestiones que estas organizaciones realizan en busca de proyectos de densificación de la habitación y mejoramiento habitacional urbano.

En síntesis, el trabajo en este contexto es una posibilidad para la organización de trabajadores y para Proyecto Habitar respecto de la intervención en el hábitat.

La producción de conjuntos habitacionales en Moreno y en Campana, es parte de las 85.000 viviendas sociales que están sin terminar en nuestro país.

Específicamente, nuestra tarea de coordinación y dirección, aporta a una planificación consciente y ajustada de estas obras; esto requiere necesariamente optimizar los recursos disponibles y los tiempos de ejecución.
Trabajamos para lograr una organización rigurosa del movimiento de los materiales y de la acción de las personas en el tiempo, incorporando las limitaciones o inconvenientes que puedan aparecer en el proceso. La tarea cotidiana nos exige ser creativos y precisos en el armado de estructuras flexibles de trabajo, contemplando todas las dimensiones (espaciales, técnicas, económicas, sociales, temporales) que hacen a la construcción e incorporando el rol de los trabajadores en este proceso. El equipo técnico prioriza modos de producción que propicien un trabajo de colaboración entre sus protagonistas, que se aleje de los modos individualistas de producción, y favorezcan la apropiación del sentido de la tarea emprendida.

En este contexto, el movimiento de recursos públicos, los esfuerzos de cada organización, de cada grupo de trabajo, de la organización territorial, el equipo técnico y de dirección reúnen una causa común: el empleo popular, la capacitación técnica y productiva, y la terminación de la construcción de las viviendas.

Proyecto Habitar
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