Libertad

No hay libertad sin derechos humanos.
 
No hay libertad sin igualdad y justicia en los territorios
 
Como con muchas otras palabras a lo largo de la historia, hoy nos encontramos frente al abuso engañoso del término libertad. Llegamos al punto en que la palabra libertad se ha consolidado como una bandera de quienes cotidianamente, e históricamente, reproducen la injusticia, la exclusión y la desigualdad a través de la opresión sistemática de los pueblos.
Esto es tan perverso como cínico.
 
La libertad que enuncian se lee a través de los lentes de la acumulación y la competencia, desde el prisma de las billeteras, es la ley de la selva. Se trata de relaciones entre personas libradas a las posibilidades que les otorgan sus fuerzas, sus bienes, sus armas. Las prácticas sociales desarrolladas bajo este supuesto eje libertario que esconde el pensamiento único del individualismo mercantil, nos encaminan a la destrucción del planeta como resultado de subordinación de los bienes comunes y de la función social de la propiedad a la supremacía de los bienes individuales y de la propiedad privada. Nos encontramos frente a la censura del debate sobre estas lógicas que se estructuran en la satisfacción de los impulsos personales, y la fuerza bruta para imponerlos, frente a los otros (pobladores de la misma ciudad o barrio, colegas, parientes) y frente a la salud del planeta que nos cobija.
 
La historia no empieza en cada minuto. Las personas no nacen en un punto de partida igualitario. La mayoría de las personas son obligadas a vivir en la austeridad y en los bordes de las ciudades. Otras viven en la abundancia disfrutando de la centralidad de las ciudades. A unos les toca poder y recursos infinitos, a otros una carrera de esfuerzos agotadores para la supervivencia. Es injusto dar carta abierta, sin mediaciones, para operar según su voluntad e impulso a habitantes en tan disimiles circunstancias. Es tan obvio el concepto como incomprensible. Es perversa la omisión de esta condición básica de la desigualdad social, territorial, de nuestro país y el mundo. Entonces, no está bien establecer como regla general que cada uno hace lo que quiere a partir de donde está, del dinero y la fuerza que tiene. Es necesario volver a hacer presente las nociones más fraternales del acuerdo de convivencia y desarrollo que nos trazamos como comunidad y en relación con nuestro entorno. Porque no hay libertad sin igualdad.
 
Las personas, organizaciones, instituciones, movimientos, que luchamos por la libertad en un sentido profundo, democrático, lo hacemos colectivamente. Con la certeza que el ejercicio pleno de la libertad requiere como guía de organización humanitaria la igualdad y la justicia. Igualdad y justicia a la que intentamos aproximarnos cotidianamente en el camino la de lucha por los derechos. Entre todos los derechos humanos, como grandes logros de los debates más avanzados de la humanidad, los derechos colectivos, los derechos económicos sociales y culturales son la forma más desarrollada en términos intelectuales y sensibles.
Reconocer un principio de igualdad como personas modifica positivamente nuestro horizonte de acción. Se trata de lo opuesto, de reconocernos como iguales, como personas para construir en conjunto una realidad más humana. No se trata de una igualdad ridículamente parodiada por los mentores del cinismo, que diluye las diversidades o que omite la relación entre el esfuerzo personal y social, y los resultados materiales del trabajo.
 
Reconocernos en las otras personas para entender que no hay argumentos para tolerar que millones de personas estén condenadas a no poder acceder a una vivienda, a los servicios básicos, al trabajo, al esparcimiento y el deporte. El desarrollo actual del trabajo nos permite rápidamente comprender que los recursos alcanzan. A partir del consenso sobre esta base de igualdad, lo que se impone son las acciones que remedian la desigualdad, por su carácter injusto respecto del solo hecho de la condición humana. En un territorio abismalmente injusto es ridículo proponer que ser libres es únicamente dejar accionar a los individuos con lo que tengan a mano.
 
Entonces, podremos proponernos una versión solidaria y humana de la libertad que pretendemos construir, a partir de la valiosa experiencia social acumulada en los procesos de organización para el trabajo, para la lucha y para la construcción de un mundo más justo. Porque no hay libertad sin justicia.
 
Existe también una operación falaz de una efectividad alarmante: pretenden imponer que la opresión de la libertad individual radica en los acuerdos colectivos y humanos, en las leyes que resguardan nuestros derechos sociales más elementales (a trabajar, habitar, educarse, a la salud, a la ciudad, a los territorios). Una hipótesis insostenible, nunca verificada ni argumentada, que sostiene que por “culpa” de los derechos no somos libres. Cuya versión mediática asimila en una hábil, aunque rudimentaria maniobra discursiva la existencia de corrupción, la ineficiencia del aparato gubernamental, la organización del Estado, la existencia derechos y entonces, debido a todo esto: la falta de libertad.
 
Según esta maniobra discursiva, la opresión de los pueblos no hay que buscarla en las acciones individuales “libres” de sectores poderosos como los grandes propietarios de la tierra, los operadores de las finanzas mundiales, los empresarios de las multinacionales, o los operadores del extractivismo rural y urbano. Estos sectores sociales que se benefician con todos los gobiernos, más allá de los partidos políticos, incluso de su carácter democrático, no guardan ninguna responsabilidad sobre la sistemática reproducción de la pobreza de millones, sino que estarían siendo impedidos de producir la riqueza suficiente y la abundancia actual no rebasa como para considerar las terribles circunstancias de vida de las poblaciones que trabajan para sus emprendimientos, o las consecuencias devastadoras que producen sobre el planeta.
 
Por el contrario, es indispensable salir de esta trama estridente. De la oferta mercantil de una versión de libertad vacía e individualista.
 
Es indispensable defender el carácter socialmente valioso de la libertad como base del ejercicio de la voluntad individual en una comunidad. Del desarrollo de los proyectos personales o grupales sobre la base de los acuerdos sociales que el avance de la humanidad ha podido construir en una historia de debates y luchas. Los derechos colectivos, como el derecho a la vivienda, a la ciudad, a los territorios, son parte de estas nociones guía, en construcción y debate. Muy necesarias para reconocernos como iguales, para trabajar en conjunto por revertir el desarrollo injusto de los territorios.
 
Los derechos, lejos de considerarse en extraña contradicción con la libertad, son un aspecto central de la organización social que nos permite ser libres, es imposible pensar en ejercer la libertad individual sin continuar la lucha y el trabajo cotidiano por los derechos humanos. Porque no hay libertad sin Derechos Humanos.
 
Proyecto Habitar, diciembre 2023

Mesa de intercambio y cierre de Pasantía Lucha por la Vivienda en CABA

El sábado 28 de mayo realizamos un encuentro en el patio central de la FADU para debatir y exponer la problemática de la vivienda en la Ciudad de Buenos Aires. A partir del interés de hacer público, en el marco del cierre de la Pasantía de Proyecto Habitar, un debate que indague y cuestione las diferentes formas en que la dinámica y la producción de la ciudad invisibiliza y excluye a cientos de miles de personas que alquilan, están en situación de calle, viven en villas y asentamientos precarios, edificios abandonados, conventillos e inquilinatos.

Invitamos al encuentro a referentes de organizaciones que luchan por transformar la desigualdad urbana. Participó Ana María Vásquez Duplat del CEAPI y la Fundación Rosa Luxemburgo, quien nos compartió una visión que integra varias manifestaciones del problema desde el concepto del Extractivismo Urbano, y posibles acciones a ese panorama injusto y desigual a partir del urbanismo feminista, la organización y el acompañamiento a los colectivos y organizaciones de habitantes de los diferentes barrios de la ciudad. Por su parte, Federico Kulekdjian de Inquilinxs Agrupadxs nos hizo hincapié en la lucha que llevan en su organización por defender y buscar mecanismos que dignifiquen la situación de quienes alquilan en CABA, y la lucha en agenda por la ley de alquileres, explicitando que no valen ni tienen más derechos quienes son propietarios, en una ciudad donde el 35% de la población alquila y hay más de 300.000 viviendas vacías. Por Proyecto Habitar participó Diana Orozco, incorporando nuestra mirada desde el derecho a la ciudad y exponiendo una categoría particular que tiene el conflicto en la ciudad en la vivienda judicializada, en donde la justicia privilegia el derecho de propiedad por sobre la función social de la misma, y tiene como consecuencia el desalojo de cientos de familias sin ningún tipo de solución habitacional alternativa.

A estas reflexiones, vinculamos el cierre de la pasantía de Proyecto Habitar, un espacio académico que durante dos meses buscó analizar junto a les estudiantes las diferentes aristas del problema del acceso a la vivienda en la ciudad, no sólo como una cuestión desde las alarmantes cifras, si no como una problemática compleja que nos vincula y sobre la que operamos desde nuestras acciones u omisiones como arquitectes. En los distintos procesos nos vinculamos y trabajamos en dinámicas territoriales donde pusimos en valor la construcción social del hábitat y nos abocamos por trascender la descontextualización y la formación acrítica que reproduce la injusticia socioespacial de la cual hoy somos parte.

Fue una jornada movilizante y que marca un camino para seguir trabajando en red con otres actores que, en la ciudad más rica del país, luchan por acceder a derechos básicos como la vivienda, agua, cloaca, espacios verdes, a la vida urbana justa para todes.

 

Concluyó la primera etapa del Proyecto de Obras Tempranas en el Barrio San Lorenzo

Junto a con lxs vecines del Barrio San Lorenzo y los trabajadores y trabajadoras referentes y cooperativistas del Movimiento Evita Tigre, concluimos la primera etapa del proyecto de Obras tempranas de la SISU, que comprende la mejora en la instalación eléctrica de 26 viviendas.

A lo largo de estos meses se consolido un grupo de trabajo que llevó adelante la mejora y renovación de las instalaciones eléctricas.

A partir de los conocimientos previos que cada miembro del equipo traía, aportamos nuevos conocimientos para poder desarrollar la tarea. Para ello produjimos un manual que permitió mejorar el trabajo de cada cuadrilla. En el proceso les trabajadores fueron registrando las dudas y hallazgos para luego compartirlos en espacios de reflexión colectiva que destinamos entre cuadrillas.

Promovimos la participación activa de lxs oficiales para enseñar sobre la práctica, y un rol inquieto de les ayudantes para buscar esos aprendizajes del oficio. En los trabajos realizados, lxs trabajadores y trabajadoras alcanzaron realizar el armado de tableros, colocación jabalina, tendido de cañerías firmes para la distribución de los circuitos en las viviendas, pilares compartidos para las futuras conexiones.

En simultáneo continuamos con los relevamientos y proyectos trabajando junto a las familias de la próxima etapa, partiendo de los usos y sus artefactos, y trabajando en la seguridad para las personas para que se materialice una mejora en la vida cotidiana a partir de la instalación eléctrica segura.

Pasantía 2020: La perspectiva integral en la construccion de una formación hacia el derecho a la ciudad

Autores: Ezequiel Biagioni y Cecilia Maggi

 

Durante septiembre y octubre llevamos a cabo la Pasantía Plataforma por el Derecho a la Ciudad, un proceso de enseñanza – aprendizaje junto a más de 100 estudiantes de distintas carreras vinculadas al hábitat. Los mismos pertenecían a diversas universidades nacionales del Área Metropolitana de Buenos Aires: FADU-UBA, Universidad de General Sarmiento, Universidad Nacional de La Matanza, Universidad nacional de Avellaneda, Universidad San Martin, Universidad Nacional de Lanús, Universidad Nacional de Moreno, Universidad Nacional de La Plata, y la Universidad Nacional de José C. Paz.

Rediseñar la propuesta de formación este año implicó un desafío diferente. El contexto de aislamiento social preventivo y obligatorio, nos obligó a atravesar el proceso de enseñanza y aprendizaje sin compartir el espacio del aula, sin realizar visitas a los territorios. Sin embargo, el objetivo profundo de transformación de nuestra profesión hacia una socialmente valiosa sigue siendo el motor que impulsa ese rediseño.

Este año entonces, pudimos trabajar con les estudiantes y les pobladores, promoviendo relaciones de proximidad restituyendo la historia de trabajo conjunto y repensando críticamente los espacios de la ciudad. Nos encontramos en talleres y foros virtuales; realizamos relevamientos a partir de herramientas digitales, observando las condiciones físicas del espacio, e incorporamos la dimensión social llevando a cabo 30 entrevistas por video llamada a les pobladores del territorio, con la perspectiva de profundizar en el análisis e incorporar la experiencia cotidiana de las personas en la construcción de su hábitat.

Trabajamos en el proyecto de investigación Plataforma por el Derecho a la Ciudad, en la construcción de datos concretos de las condiciones espaciales del AMBA, con la intención de realizar un aporte al registro de la gestión participativa de las trasformaciones en la producción urbana. En ese sentido, nuestro objetivo fue aproximarnos, desde una perspectiva relacional, a comprender algunos aspectos de la desigualdad urbana, enfocándonos en las manifestaciones físicas y sociales que se producen en los espacios de esparcimiento de los territorios de Lomas de Zamora y Malvinas Argentinas.

Desde el colectivo Proyecto Habitar entendemos que es relevante incorporar la perspectiva integral del hábitat a la formación de les futuros profesionales, estudiantes de arquitectura y urbanismo, otorgándole el lugar central que requiere en las instituciones académicas. Poner en valor las propuestas pedagógicas que reconozcan las dinámicas territoriales, que contemplen la producción social del hábitat y los procesos sociales, para trascender la descontextualización y la formación acrítica que reproduce la injusta desigualdad espacial. Desde las prácticas de formación, es necesario participar activamente en los procesos de transformación urbana con aportes específicos, reflexionando sobre los procesos de manera democrática y situada, trabajando colectivamente en la construcción de herramientas disciplinares para revertir las condiciones desiguales del territorio, hacia el derecho a la ciudad.

El Derecho a la Vivienda. Entrevista en el Programa de Radio “Entre vos y yo”

Durante la tarde del jueves 23 de julio, Gabriela Torrents, integrante de Proyecto Habitar, participó del programa de radio “Entre vos y Yo”, realizado por les jóvenes del Barrio 22 de Enero en La Matanza. En esta oportunidad, la charla hizo foco en el derecho a la vivienda, tomando como punto de partida la toma de tierras del barrio 28 de Octubre, en un área lindera a los barrios 22 de Enero, Un Techo para Todos, Gauchito Gil, y Tierra y Libertad, situados en Ciudad Evita. La ocupación tiene más de un año, y durante este tiempo les pobladores han intentado gestionar ante el municipio y las empresas prestatarias, el uso de estas tierras para vivir. En estos meses de aislamiento social,  preventivo y obligatorio, la situación crítica de las 125 personas que viven en el barrio se ha visto agravada debido a la ausencia de servicios básicos como red de agua y electricidad, al mismo tiempo que continúan resistiendo frente a los intentos de desalojo por parte de las autoridades municipales.

Situados en el territorio de La Matanza, donde se han registrado más de 122 barrios populares cuyo origen remite a distintos momentos a lo largo del siglo XX, nos preguntamos cómo y por qué se produce una toma de tierras. La escasez de recursos y la necesidad de acceder a un cobijo van de la mano, y el momento crítico que atraviesa gran parte de la población frente a la falta de empleo propicia que se desarrollen otras estrategias para acceder a un lugar donde vivir. Retomando la experiencia de miles de pobladores del AMBA, la toma de tierras se convierte en una alternativa para quienes no pueden pagar un alquiler, comprar una vivienda o un terreno. La toma de tierras del barrio 28 de Octubre en Ciudad Evita es una de las tantas que ha crecido durante el periodo de aislamiento social,  resistiendo incluso los intentos de desalojo.

En el recorrido de la entrevista se hizo referencia al trabajo que la población ha tenido que resolver sin asistencia técnica y con escasos recursos materiales para la mejora de su hábitat. Muchas veces violentades por las fuerzas policiales, invisibilizades por la omisión del Estado frente al problema de la vivienda. ¿Por qué sucede? ¿Cómo se relaciona con su vida cotidiana y, en una escala mayor, con las transformaciones urbanas? Las relaciones de desigualdad que se observan en la ciudad ponen en juego al sistema de reglas que sostiene y profundiza la brecha entre quienes pueden acceder a la tierra y quiénes no. Las consecuencias físicas de quienes habitan en espacios insalubres con infraestructuras deficientes, localizados en áreas de riesgo ambiental, sometides a continuas situaciones de violencias, son algunas de las manifestaciones que dan cuenta de los múltiples derechos vulnerados. Esta profundización de la desigualdad se produce en un contexto en el cual la tierra y la vivienda se insertan en circuitos formales e informales donde se convierten en bienes de cambio, se mercantilizan, y nuevamente les habitantes son expulsados a zonas más alejadas y peor abastecidas, o sometidos a pagar precios desproporcionados a sus salarios por un alquiler.

¿Qué políticas urbanas se han llevado a cabo desde el municipio con respecto a la toma de tierras? En las tomas que se han producido durante los últimos meses, las respuestas por parte del municipio han resguardado, por sobre todas las cosas, la propiedad privada. El derecho a la vivienda en las tomas de La Matanza, hasta ahora, se ha abordado desde las oficinas de Desarrollo Social o Salud cuantitativamente y sin contemplar las particularidades que presenta cada barrio. Las políticas de hábitat están encriptadas, el estado actúa por omisión durante las tomas, y cuando estas se han consumado, la demanda urgente se atiende suministrando chapas, algunos tirantes, colchones y bolsones de comida, y en el mejor de los casos  con módulos de vivienda. Pero, ¿qué  transforma? Estas políticas sociales son prevalentemente asistencialistas, no modifican las condiciones estructurales de desigualdad y las condiciones espaciales en las que habitan les pobladores de los barrios populares, que además de la violencia que han padecido durante la toma, en la mayoría de los casos terminan judicializados. La legalidad prevalece por encima de los derechos humanos.

¿De qué manera se puede transformar esta situación desigual? La transformación de las políticas en la toma de tierras requiere asumir un abordaje multiescalar y multiactoral, que recupere las voces y preocupaciones de quienes transforman el territorio. La prioridad en la construcción de los ámbitos democráticos de participación y protagonismo popular es clave, ya que hoy son les pobladores quienes gestionan su hábitat. Estos procesos deben ser acompañados por profesionales capacidates, que trabajen en un asesoramiento técnico sostenido. De esta manera existen más y mejores oportunidades de alcanzar salidas apropiadas, con procesos y productos socialmente valiosos. Pero por sobre todo requiere que el Estado asuma el desafío de transformar estructuralmente las políticas urbanas vigentes por políticas urbanas integrales, que sean redistributivas y pongan el foco en el valor de uso del espacio. Con especial atención en las demandas de la población, resulta imprescindible que el Estado termine con la mercantilización del hábitat, y que reconozca el acceso a la tierra y a la vivienda como un derecho para todes, y no como un privilegio para quienes pueden pagarlo.  

 

 

LEY DE ALQUILERES. Avances y desafios en la lucha por el acceso a la vivienda

Arq. Teresita Sacón

 

 

Desde el primero de julio, con su previa publicación en el Boletín Oficial de la República Argentina, rige la nueva ley 27.551[1], la cual introduce cambios en la regulación de los contratos de alquiler con destino de vivienda. El 16% de los hogares de Argentina[2] acceden a la vivienda a través del alquiler. Esta forma de acceso a la vivienda, está mediada, en nuestro país, por un contrato entre privados, donde las condiciones desiguales entre las partes se constituyen muchas veces en relaciones de abuso, quedando el derecho a una vivienda digna  muy lejos de alcanzarse.

El alquiler, como forma de acceso a la vivienda, ha sido en muchos momentos de la historia un detonante que ha movilizado a la población a transformar las condiciones que lo rigen. La propuesta de una ley nacional, gestada por lo organización de Inquilinos agrupados, ha retomado estas luchas históricas, con el apoyo y trabajo de otras organizaciones como Habitar Argentina[3]

La ley busca avanzar en la promoción del rol del estado como regulador del mercado de alquileres, creando el Programa Nacional de Alquiler Social. Allí se propone incorporar como grupos prioritarios a las mujeres que sufren situaciones de violencia de género, jubilados, pensionados, titulares de la prestación de desempleo y cualquier otra persona que se encuentre en situación de vulnerabilidad.

Este Programa trabajará en la regulación de la actividad de las entidades que otorgan garantías de fianza o seguros de caución, la promoción de un seguro obligatorio para cubrir las faltas de pago de alquileres y las indemnizaciones por daños y ocupación indebida de inmuebles. También, dispondrá del desarrollo de mecanismos de bajo costo o gratuitos para la resolución de conflictos derivados de los contratos de locación.

Otro punto relevante de la nueva ley, es la extensión del plazo de contrato, lo que brinda algo más de estabilidad a las familias inquilinas. Brindando un plazo mínimo de la locación de inmueble por tres años.

Cabe señalar que propone una nueva regulación sobre el precio de los alquileres. Se propone un ajuste anual de los alquileres, el mismo se calculará con una fórmula compuesta en un 50% por la evolución de los salarios (el índice Ripte) y 50% por la evolución de la inflación que mide el Indec (IPC). Este índice será elaborado y publicado mensualmente por el Banco Central (BCRA).

Los puntos señalados anteriormente son relevantes a la hora de regular los contratos de alquiler, sin embargo existen conflictos que atraviesan les inquilines en la lucha por el acceso a una vivienda digna que no sólo tienen que ver con el abuso económico que principalmente se regulara a través de esta ley.

Les inquilines muchas veces tienen que acceder a vivir en viviendas que tienen humedad, no ventilan, no tienen acceso a los servicios básicos, y que frente a los reclamos no obtienen respuesta de los propietarios ni del estado.

Una cuenta pendiente de esta  ley, es abordar  la regulación y mejora de las condiciones habitacionales de quienes acceden a la vivienda a través de los alquileres informales.

En este sentido la ley es un valioso aporte en el proceso de garantizar mejores condiciones de hábitat para les inquilines. Sin embargo, queda aún mucho por hacer en tanto instrumentos de registro y regulación de las características espaciales de las viviendas que se ponen en alquiler.

Desde una perspectiva feminista, siguiendo la propuesta de que todo problema personal es político, tenemos por delante el desafío de revisar el modo en que se celebran los contratos, y los conflictos en relación al acceso a una vivienda digna, que quedan invisibilizados en el acuerdo entre privados. El camino hacia el acceso a la justicia es un camino muy difícil de transitar para quienes tienen menos recursos, menos poder, y sus voces no son escuchadas. De esta manera,  para terminar con los abusos que someten a gran parte de la población que busca acceder a una vivienda, resulta necesario trascender el carácter privatista de la relación entre ambas partes.

La perspectiva es garantizar el derecho universal de acceso a una vivienda digna. En este sentido, es necesario avanzar en construir el rol de un estado que garantice a quienes tienen la necesidad, este derecho vulnerado, promoviendo registros y regulaciones que colaboren con mejorar las condiciones habitacionales de toda la población.

[1] Publicación en el Boletín Oficial Link para ver publicación

[2] Según datos de Censo 2010, INDEC.

[3] Presentación de HABITAR Argentina e HIC-AL de la ley de Alquileres. Link para Ver el video

Proyecto Promotoras de Hábitat Saludable

A pesar de los tapabocas, y los metros de distancia sucedió el encuentro. En La Matanza, un grupo de mujeres se reúnen para promover proyectos colectivos que mejoren el espacio donde transita la vida cotidiana de los barrios populares.

Desde Proyecto Habitar impulsamos un proceso de formación popular de Promotoras de Hábitat Saludable que se apoya en las experiencias de producción y reproducción del hábitat en los asentamientos informales desde la perspectiva del género femenino. Con esta propuesta, convocamos a un grupo de mujeres que tienen el interés de aprender qué es el hábitat saludable, entendiéndolo como un derecho en construcción, que trascienda parámetros cuantitativos e involucre el protagonismo de les habitantes en la transformación de los espacios a la luz de los problemas que se construyen y postulan junto con los profesionales del hábitat.

En el contexto de aislamiento social y atravesadas por la histórica desigualdad espacial y de género comenzamos con la promoción del acceso al conocimiento a un hábitat saludable y el derecho a la educación. Hemos visto que son moneda corriente los conflictos por el uso del celular, el aumento de consumo de datos, la incorporación del gasto en impresiones y fotocopias que afecta los magros recursos. El acompañamiento a les niñes en las tareas se incorpora al trabajo reproductivo que recae mayormente en las mujeres en condiciones espaciales desfavorables. Estos conflictos tensan las relaciones sociales que se desarrollan en la vivienda y sofocan los esfuerzos que la población realiza por sostener las tareas de trabajo y estudio dentro de la vivienda de manera saludable.

En ese sentido, identificamos la necesidad de promover puntos barriales para el acceso a internet, útiles y equipamientos, que nos permita sostener el encuentro de manera virtual entre pobladores y arquitectes, y que le permita a la comunidad descargar los materiales informativos y didácticos suministrados desde el equipo de promotoras de hábitat saludable, la escuela, o realizar trámites, entre otras cosas.

El proceso se propone permeable, abierto a las inquietudes que nos atraviesan cotidianamente. El Proyecto Promotoras de Hábitat Saludable es una propuesta, una de las invitaciones que hace Proyecto Habitar para encontrarnos profesionales del hábitat y pobladores construyendo un proceso de formación que nos permita conocer más sobre el hábitat que protagonizamos y que queremos transformar.

 

 

             

Riesgo ambiental en los barrios populares: aproximación a un problema cotidiano

Autoras: Eugenia Jaime, Gabriela Torrents; Colaborador: Ricardo De Franceso

 

Desde Proyecto Habitar trabajamos con distintas organizaciones sociales a lo largo de estos 10 años en la promoción del Derecho a la Ciudad en los barrios populares, y en este proceso hemos conocido múltiples situaciones de vulnerabilidad a la que se exponen constantemente. Existe un factor común en la relación entre el habitar de esos barrios y la profundización del riesgo ambiental que los atraviesa. Esta condición espacial que afecta la vida cotidiana de sus habitantes tiene origen en otras dimensiones propias de una producción urbana que es excluyente: la informalidad jurídica, las dificultades en el acceso laboral, las deficientes condiciones de la infraestructura urbana, entre otras. El riesgo ambiental es una manifestación de estos procesos desiguales, que debe leerse de manera multidimensional y multiescalar, interpelando al sistema de relaciones en el que se inscriben los barrios populares, para comprender porque estos continúan siendo territorios ambientalmente vulnerables.

En esta oportunidad queremos presentar dos casos localizados en el Área Metropolitana de Buenos Aires, en los que hemos desarrollado trabajos de investigación y de asesoría urbana: el barrio Monte Matadero en Quilmes, y el barrio Nicole en La Matanza. Este artículo restituye brevemente las adversas condiciones en las que se han producido ambos barrios, con la perspectiva de contribuir, desde una mirada crítica, en la proyección de las mejoras necesarias para hacer de ellos, barrios saludables.  

 

Barrio Monte Matadero, Quilmes

El municipio de Quilmes está ubicado en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Se trata de un territorio escasamente requerido por accidentes geográficos, pero notoriamente estructurado por su relación con el Río de la Plata y por las cuencas hidrográficas que lo componen.

Esta planicie de escasa capacidad de evacuación natural dificulta su escurrimiento frente a las sudestadas y se encuentra afectada por su condición de borde costero. Existen al menos tres condicionantes producto de los procesos de urbanización que dificultan el drenaje natural hacia el Río de la Plata:

  1. Los rellenos del CEAMSE[1], que modificaron la topografía de la planicie configurando un relieve que supera los 25 metros de altura.
  2. El Ferrocarril, cuya traza divide el municipio en dos atravesando las zonas más altas del territorio y generando un obstáculo para el escurrimiento de los arroyos.
  3. La Autopista Buenos Aires-La Plata que traza una barrera y limita el acceso a la costa.

En el barrio Monte y Matadero existen tres cursos de agua, el canal Monteagudo que oficia de límite entre el barrio El Monte y El Matadero, y dos zanjones aliviadores del agua de lluvia: uno paralelo a la autopista y el segundo, perpendicular al anterior y a la autopista es el límite SE del barrio. Cuando éstos se obstruyen las consecuencias para la comunidad son graves. 

En las inmediaciones de los zanjones se observan espacios libres sin edificar cuya vacancia es anterior a 1960. La vegetación en el sector es abundante, aunque se ha visto diezmado por la deforestación, hecho que ha favorecido al anegamiento de la zona.

La autopista Buenos Aires-La Plata configuro una barrera para el escurrimiento de las aguas y un límite material para la llegada de la población al río. La lectura de las cotas de nivel da cuenta del riesgo hídrico al que está expuesta la población ya que el barrio queda entre la cota 5 y 3,75m.

En los últimos años se implementaron políticas de mejoramientos de espacios públicos mediante la construcción de canchas de futbol de pasto sintético, políticas que continúan sin abordar el problema de las inundaciones:

Desde que hicieron las canchas, las zanjas y en particular la que bordea la Autopista, cuando rebalsa el agua, se inundan porque no hicieron un desagüe, no hay lugar donde pueda salir el agua y queda estancada ahí.

Desde el punto de vista urbano, las características del proceso de transformación territorial ponen de manifiesto la negación de las condiciones naturales y ambientales del sector. Hechos que inciden en la vida cotidiana de la población:

Uno de los problemas principales de las familias es la Salud, pero creo que no hay mucha conciencia, las personas no se dan cuenta que les puede afectar, pero sí hay problemas en lo Económico por todo lo que se lleva el agua cuando se desborda el zanjón, creo que ese es uno de los problemas que más afecta a las familias. Porque siempre que el zanjón desborda se ve a los vecinos pedir colchón, se busca conseguir ropa.

En este contexto, son las familias quienes se organizan para afrontar los problemas. En una actividad con niñes elaboraron videos[2] para visibilizar las inundaciones en el barrio. Si bien estas acciones son valiosas no son suficientes. Para abordar la situación se requieren políticas públicas que permitan dar respuesta a los problemas:

Lo que nosotros estuvimos trabajando es la mirada entre las mismas familias, los grados de responsabilidad. Las familias, las personas y los individuos tienen una responsabilidad que es no tirar la basura, pero sabemos que el problema viene de arriba, que hay una Municipalidad, un Estado que debería hacer algo con el zanjón, la limpieza y acompañar a las familias con información. Hay mucho desconocimiento sobre el tema. Antes culpaba a los vecinos ahora me pregunto por qué tenemos que caminar cinco cuadras para tirar la basura. Creo que esa sería una buena intervención, acompañando a las familias a entender el problema. Y no que se tire la basura por naturalidad [3].

  

 

Barrio Nicole, La Matanza

Barrio Nicole es un barrio popular que se encuentra en Virrey del Pino, partido de La Matanza. Creado en 1997 por aproximadamente 100 familias que fueron relocalizadas allí, provenientes de los desalojos de dos tomas de tierras: una en Ciudad Evita (La Matanza) y otra en Villa Fiorito (Lomas de Zamora). Frente al adverso contexto económico y social que vivieron muches trabajadores durante los años 90, producto del feroz neoliberalismo que profundizaba esa desigualdad histórica en los barrios populares, la oferta de ser relocalizades por parte de las autoridades locales se presentó como la única alternativa posible para acceder a una porción de tierra para vivir.

Al ser trasladades al lugar prometido, ubicado a 17 cuadras de la Ruta 3, a la altura del km 35,   se encontraron con 60 has de tierras descampadas, desprovistas de servicios y equipamientos. Rodeados por el predio del CEAMSE de González Catán (el barrio está a 150 mts), el Arroyo Morales, cementerios privados, atravesados por una línea de alta tensión, levantaron las primeras viviendas autoconstruidas sin saber que 3 años después sufrirían el impacto de la primera inundación. 

Muchas vecinas recuerdan las fuertes inundaciones del año 2000. En esa oportunidad la totalidad de les vecines del barrio debieron ser evacuades de sus viviendas. En los sucesivos años, esta situación de vulnerabilidad ambiental se ha acrecentado, a causa de las represas construidas sobre los afluentes del Rio Matanza Riachuelo, para evitar los desbordes de este curso de agua sobre los barrios cerrados que han impulsado distintas desarrolladoras.

La historia de este barrio es una historia de constante lucha, organización popular y autogestión, signada por hechos de injusta desigualdad, como la muerte de varies niñes durante los primeros años del asentamiento, a causa de las precarias condiciones en las que se encontraban las instalaciones de las viviendas. Estos problemas, sumados a su cercanía con el relleno del predio del CEAMSE, han instalado la presencia de enfermedades respiratorias (que se agravan durante el invierno) y cutáneas, causadas por la alta contaminación de la tierra, afectando principalmente a niñes y adultes mayores.

Actualmente en el barrio viven más de 1500 familias, según el Registro Provincial de Villas y Asentamientos de la Ley 14.449 de Acceso Justo al Hábitat. Estas familias son mayoritariamente jóvenes y numerosas, y frente a las dificultades para acceder a una vivienda, en los últimos años se han comenzado a asentar sobre el margen del arroyo Morales y en nuevas tomas de tierras que se encuentran alrededor del asentamiento original.

Luego de las inundaciones ocurridas el 12 de octubre de 2019, en la que sufrieron grandes daños y pérdidas, muchas de ellas debieron ser evacuadas hacia refugios improvisados. En el municipio de La Matanza, más de 20000 personas fueron afectadas por las fuertes lluvias, y 5000 tuvieron que evacuarse de sus viviendas. El barrio Nicole, estuvo entre los 4 barrios más perjudicados del municipio, lo que motivó a iniciar un proceso de trabajo colectivo con Proyecto Habitar.   

Desde el equipo de la Asesoría Urbana de Proyecto Habitar, durante octubre, noviembre y diciembre de 2019, junto a las Mujeres Autoconvocadas del barrio e integrantes del Centro Popular 26 de julio, elaboramos un diagnóstico físico social para conocer el estado de situación de las viviendas y del barrio.

En instancias de participación, se desarrollaron las preguntas de las entrevistas y los criterios de selección de los casos a relevar, en un dialogo democrático y apropiado con las vecinas. El proceso estuvo enfocado en conocer las múltiples desigualdades espaciales que les habitantes viven cotidianamente en el barrio, y a su vez, con una perspectiva de géneros, el modo en que esas desigualdades se profundizan en las vivencias de las mujeres y los cuerpos feminizados, tanto en la distribución del espacio como en la distribución de recursos.

Este diagnóstico trascendió el ámbito de los talleres barriales, y fue presentado por las vecinas en distintos ámbitos de gestión municipal, provincial y nacional. Fue un aporte en un proceso histórico mayor, en el que promovimos la apropiación consciente y colectiva de lo aprendido y el reconocimiento de la potencialidad de un trabajo común. Este trabajo es una herramienta de lucha, frente a la omisión histórica de su realidad, en manos de quienes viven esta injusta desigualdad y buscan alcanzar mejores condiciones habitacionales.

 

Algunas reflexiones

Este artículo nos permite aproximarnos a la comprensión de los problemas ambientales de los barrios populares, desde una perspectiva que más allá de lo que conocemos en primera instancia. En estos casos presentados, nos motiva compartir estas experiencias vinculadas a situaciones de vulnerabilidad, ya que entendemos que esta no se explica solamente con las características de la localización sobre terrenos inundables o la cercanía a los focos de contaminación, como generalmente sucede.

El abordaje de este problema multiescalar y multidimensional requiere de la aplicación de políticas públicas que actúen de manera relacional, teniendo en cuenta otras dimensiones más allá de la física (económicas, políticas, sociales, culturales) para dar lugar a procesos situados de mitigación de estos conflictos ambientales.

 

 

[1] Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado

[2] «Jóvenes con Memoria» 2019. Trabajo Audiovisual sobre el Arroyo Monteagudo, realizado por los chicos del El Garelli – Asoc. Civil Villa Valdocco Quilmes.  Link al video

[3] Citas extraídas de la entrevista realizada a Noelia Peyraube referente del barrio.

 

Arquitectura en la Producción Urbana Latinoamericana

Hace 10 años nuestros compañeros con más vida trabajaron en la construcción de este espacio de encuentro y debate sobre la producción de arquitectura. Hoy, seguimos pensando que la producción de arquitectura en Latinoamérica sigue en disputa, que somos miles los que sabemos que la arquitectura y la ciudad son para las personas, para la vida.
Para ello, entendemos necesario trabajar sobre problemas urbanos reales y concretos que nos permitan identificar las injusticias cotiianas que nos afectan a nosotros, a nuestros compañeros, a los sujetos y colectivos de los barrios en los que trabajamos. Somos parte de los problemas identificados y queremos enfrentarlos.
Creemos que este espacio es valioso porque nos permite difundir la importancia que tiene para nosotros los procesos de enseñanza aprendizaje y en particular promover el contenido de las pasantías que desarrollamos. Estos procesos representan una posibilidad y una responsabilidad de incidir en la formación y la experiencia de vida de estudiantes y docentes.
Vamos al ELAC/ULACAV a encontrarnos con otros profesionales y colectivos de profesionales, buscando precisar y fortalecer las ideas que promovemos, a partir de leer críticamente las ideas y practica de los sujetos y colectivos con lo que nos vamos encontrar.

CONVERSATORIO EN GESTIÓN LOCAL DEL HÁBITAT

El viernes 10 de agosto se realizó el “Conversatorio en gestión local del hábitat” organizado por el Instituto de Hábitat del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires, distrito Uno (Capba I). Fue un encuentro numeroso en asistentes, y rico en el debate, coordinado por la arq. Soledad del Cueto. Los expositores presentaron ideas y experiencias alrededor de la gestión local del hábitat. Estas experiencias confluyen hoy en la instalación de los Consultorios de Atención Primaria de Hábitat, en el marco de la gestión local de Malvinas Argentinas.
En primer lugar la Arq. Maite Niborski y el Arq. Julián Salvarredy de Proyecto Habitar presentaron las ideas y acciones de arquitectos y arquitectas que a través del trabajo sostenido y militancia comprometido luchan cotidianamente por la construcción de una ciudad más justa. Este trabajo colectivo tiene sus inicios hace 10 años cuando emprenden el desarrollo de los Consultorios de Atención Primaria de Hábitat.
Participaron del panel el Arq. Oscar Mesa como representante del Capba IV, quien expuso sobre el trabajo en el Colegio de arquitectos y las intenciones de acompañar trabajos de gestión local. Por último, el arq. Mariano García Colinas de la Municipalidad de Malvinas Argentinas quien compartió experiencias de trabajo en el hábitat popular promovidas en el marco de la Dirección de Regularización Dominial, Vivienda y Hábitat que coordina.
Finalmente, los presentes intercambiaron ideas alrededor de lo expuesto valorando la participación de los actores en la producción del hábitat y en la distribución equitativa de los recursos. Arquitectos y arquitectas, presentaron la dificultad que enfrentamos a la hora de avanzar en un ejercicio profesional con perfil social, tanto por cuestiones burocráticas, costos del ejercicio de la profesión, como por haber transitado un proceso de formación fragmentario.
Las exposiciones y los debates de este encuentro nos permitieron compartir y visibilizar experiencias que dan cuenta de que, con trabajo responsable y compromiso social se puede avanzar hacia la construcción de una ciudad espacialmente más justa e igualitaria.

8A | ABORTO LEGAL #QUESEALEY

Este 8 de agosto volvemos a las calles. Las mujeres, como protagonistas principales de esta lucha histórica, nos encontramos y nos organizamos exigiendo un derecho para todxs. Desde Proyecto Habitar, apoyamos la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Un rápido recorrido por la historia nos permitiría reconocer la opresión que padece el género femenino, en términos sociales, económicos y políticos. Esta opresión no es la única que promueve el sistema, pero existe y es muy cruda para quienes la padecemos.
Apoyamos esta ley porque busca romper con uno más de los múltiples privilegios que sostiene este sistema patriarcal: el privilegio de disponer del cuerpo y del tiempo de las personas, en particular, de las mujeres.
Como arquitectas y urbanistas vemos como los privilegios del sexo fuerte definen las reglas que usamos para distribuir el espacio tanto al interior como al exterior de la vivienda. Las reglas que ponderan la fragmentación del espacio y las personas, la invisibilización de las actividades de reproducción, el anonimato de las personas, la muerte sin rostro.
Hoy, el aborto sucede. Y aun cuando se tienen recursos para realizarlo de manera asistida, acompañadas por profesionales, somos criminalizadas por disponer de nuestro cuerpo. La desigualdad se manifiesta en el acceso a esta práctica de forma segura o insegura, en el acceso a la atención médica o sin ella, en el acceso a espacios con las condiciones de salubridad necesarias o espacios insalubres, donde los riesgos se agudizan.
Apoyamos esta ley, como un paso necesario hacia la construcción de mujeres que dispongamos de nuestro cuerpo y nuestro tiempo, que desde el protagonismo podamos pensar y hacer a una sociedad sin opresión, que podamos construir una ciudad más justa para todxs.

Proyecto Habitar, Arquitectas y urbanistas

DICIEMBRE 2017 | DECLARACIÓN DEL CONSEJO PROVINCIAL DE HÁBITAT Y VIVIENDA

Desde Proyecto Habitar acompañamos y difundimos la declaración del Consejo Provincial de Hábitat y Vivienda ante el desguace de la Subsecretaria de Tierras, Urbanismo y Vivienda, autoridad de aplicación de la Ley de Acceso Justo al Hábitat
«La decisión del gobierno de la provincia de Buenos Aires de poner en marcha un programa de urbanización integral de barrios populares en el AMBA (tal como lo anunció la gobernadora Vidal) es de una enorme trascendencia en la medida que la provincia concentra el 40% del déficit habitacional nacional.
Su implementación requiere, entre otras cuestiones, de una fuerte concentración de recursos humanos, técnicos y económicos que además aproveche al máximo las estructuras tecnico administrativas con experiencia con las que cuenta el propio gobierno en la Subsecretaría de Urbanismo, Tierras y Vivienda.
Sin embargo la información recibida de diferentes medios señala que a través de la reforma de la ley de Ministerios que se enviará en los próximos días a la legislatura se pretende desintegrar dicha Subsecretaría repartiendo sus competencias y personal en muy  diversas dependencias. La Subsecretaría es la autoridad de aplicación de la Ley 14.449 conocida como Ley de Acceso Justo al Hábitat que fuera aprobada a finales de 2012 y que sirve de marco general de gestión de la política provincial de tierra, vivienda y urbanismo. La norma es un potente instrumento para facilitar el acceso universal a una hábitat adecuado y entre muchos mecanismos crea, entre los artículos 26 y 36, un programa participativo de integración socio urbana de villas y asentamientos, otro de loteos sociales planificados y otro de microcréditos para viviendas.
De tal forma, el camino que se quiere adoptar con esta reforma deja, insólitamente, sin autoridad de gestión a la ley y no hace otra cosa que imposibilitar la ejecución de todos estos programas. 
Es fundamental resaltar que todos los casos (nacionales e internacionales) de intervención en barrios populares muestran la necesidad de articulación de acuerdos con las organizaciones,  una capacidad de gestión relevante  y una mirada abarcativa e integral (urbanística, social, ambiental, legal y de regularización dominial). 
Esto solo se consigue con voluntad política de consenso y con equipos públicos con experiencia y compromiso. Lamentablemente, hasta ahora, el camino que se pretende seguir con esta reforma que desconoce por completo como se debe trabajar en los barrios populares y no cumple con ninguno de estos atributos virtuosos e imprescindibles.
Por todo esto solicitamos al gobierno provincial:
1. No seguir adelante con el desmantelamiento de la Subsecretaría Social de Urbanismo, Tierra y Urbanismo como se encuentra previsto en el proyecto de reforma de la ley de Ministerios.
2. Fortalecer su capacidad financiera y de gestión de las políticas territoriales en el ámbito del Ministerio de Infraestructura.
3. Poner en marcha un Plan Provincial de Integración Socio Urbana de Villas y Asentamientos en el marco de lo establecido en la ley 14.449 de Acceso Justo al Hábitat articulando con eficiencia y eficacia las capacidades de la Subsecretaría con la de otras dependencias del gobierno provincial.
4. Diseñar el plan con un enfoque que priorice los derechos humanos de las familias vulneradas de nuestra provincia dotándolo de capacidad de construcción de consensos políticos con municipios y organizaciones territoriales y de las fuentes de financiamiento aseguradas.»

DESIGUALDAD Y DESIDIA | Crónica de una gestión anunciada

El 28 de Octubre murió Martín Firma Paz, un poblador del barrio de Lugano, en ocasión de sufrir una crisis de salud producto de un problema personal, llegó a la sala de salud del barrio, y no fue atendido porque la sala, situada en un barrio de 40000 habitantes, no cuenta con una guardia las 24 horas acorde a lo que es necesario para esa población. Esta situación generó el repudio de sus vecinos y amigos, y activó el reclamo para que el gobierno de la ciudad resuelva con urgencia la necesaria disposición de profesionales de atención pública de salud.
Como profesionales del hábitat que conformamos PROYECTO HABITAR, queremos manifestarnos a favor del reclamo que viene ejerciendo la Coordinadora Barrial de Lugano 1 y 2 de la Comuna 81 de la Ciudad, sobre la situación de precariedad del sistema de salud.
Esta situación no es nueva, sino todo lo contrario. Históricamente, el sur de la Ciudad de Buenos Aires se caracteriza por ser la zona desfavorecida por una distribución desigual e injusta de los recursos, los bienes y servicios urbanos. Esto se debe al proceso histórico de producción de ciudad que en la Argentina es marcadamente desigual, persistiendo la precariedad urbano habitacional de los sectores populares, que se encuentran sujetos a residir en condiciones materiales insalubres.
Inserta dentro de este proceso histórico, la Comuna 8 representa el sector más desfavorable de la ciudad, con los mayores índices de vulnerabilidad, especialmente en términos de acceso a la salud; educación; vivienda digna y un hábitat saludable 2
La población que reside en las Comuna 8 es la que más utiliza el sistema público de salud, superando la media de la Ciudad (18,7%). Sumado a esta realidad, en la comuna 8 reside el mayor porcentaje de jóvenes sin cobertura (obra social, sistema público, prepaga) con un 51,5%. 3  Por otra parte, y según datos del GCABA, la ciudad contiene alrededor de 20.000 trabajadores de la alud (11.000 médicos y 8.000 enfermeros) para abastecer a los hospitales y CeSACs de la capital. Si tomamos la cantidad de personas que residen en la ciudad4, esto equivale a 1 médico cada 280 habitantes y un enfermero cada 375 habitantes.
En el período pre electoral y con la perspectiva de los Juegos Olímpicos de la Juventud a disputarse el año próximo en la Comuna, el GCABA ha destinado recursos económicos para el maquillaje y embellecimiento superficial de los barrios de la comuna, y a su vez a dispuesto millones de pesos para la construcción de la Villa Olímpica. Al mismo tiempo, y en el mismo espacio urbano, el Hospital Cecilia Gierson, construido recientemente en terrenos del Parque de la Ciudad, carece de personal e insumos para la atención médica. La misma suerte corre el Centro de Salud y Acción Comunitaria N°3, que carece de atención médica y ambulancia las 24hs, en un barrio que alberga alrededor de 40.000 habitantes.
En este contexto, decimos que la justicia social y espacial no se garantiza pintando fachadas, agregando cordones en las aceras o plantando vegetación de colores. La justicia social y espacial se garantiza con recursos: humanos, económicos y físicos; de calidad, en simultáneo y sostenidos en el tiempo, que posibiliten el acceso, uso y goce de los equipamientos y beneficios de la urbanidad para todos los habitantes, especialmente para los sectores más vulnerables.

Vivir en la ciudad no es un privilegio, es un derecho de todxs.

PROYECTO HABITAR | Noviembre 2017

Fb: Coordinadora barrial comuna 8
2 Esto puede observarse en distintos trabajos e informes de organismos oficiales. (IVC, 2013; Ministerio de Salud CABA- Dto Epidemiología ,2008; Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas, 2010).
3  Según los datos del Censo 2010 y la EAH 2012
4 Según los datos del Censo 2010

Arquitectura y urbanismo para qué | Josep Maria Montaner- Zaida Muxi 

 

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«Ya no puede haber un único modelo de arquitect@, de hecho, hay muchos modelos de arquitect@s pero sin duda dentro de esta diversidad que se da en los distintos países, la ciudad o en el campo…las distintas culturas. Hay dos elementos comunes claves. Uno es que el arquitect@ tiene un papel social dentro de la sociedad, lo asuma explícitamente o no, porque lo que proyecta o lo que construye lo que proyecta como urbanismo y arquitectura tiene una influencia en el contexto, y tiene una influencia en función de para quién trabaja, en función de cómo se ubica en el contexto, qué materiales utiliza, qué espacios crea en relación con lo público y además si es un edificio sostenible, si ahorra energía, etc. Por lo tanto vemos que la función social esta clarísima la asuma intensamente o no.

La otra cuestión es que de hecho el papel relevante que tuvieron los arquitect@s en ciertos momentos de  la historia, (en el siglo XIX pero sobre todo a principios del siglo XX  con las vanguardias, con los congresos del CIAM involucrándose en las ciudades, el planeamiento urbano, etc.) ; se ha ido diluyendo. Un papel que fue parejo al estado de bienestar, y  la post guerra mundial en Europa y que ahora se ha ido diluyendo para pasar a este papel más marginado por no asumir sus responsabilidades y se ha convertido más digamos en una situación en la cual aparecen unas estrellas de la arquitectura que pueden ser mejores o peores que pueden tener conciencia y explicar bien las cosas hacer una obra interesante. De alguna manera los arquitectos se han convertidos en subordinados como complementarios y no tienen un papel central que deberían recuperar. En relación a las cuestiones del territorio, las cuestiones urbanas, las cuestiones de ahorro energético, arquitectura sostenible en relación a trabajar para la comunidad, entre otras cosas.»

Josep Maria Montaner

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«Enlazando con lo que aportaba Josep Maria lo que falta no solo a l@s arquitect@s sino a la sociedad en su conjunto es tener un espíritu crítico,  que significa preguntarnos para que estamos, para que hacemos las cosas, para quien, porque. Posiblemente si nos hiciéramos esas preguntas las respuestas serian bastante diferentes a los son. Creo que además como profesionales y como capa privilegiada de la sociedad tenemos la obligación de hacernos esas preguntas frente a cualquier proyecto.

Y también insistir en otra idea que se nos presenta y es la disciplina de arquitectura tiene muchas maneras y eso se convierte en un gran reto para los que formamos en las escuelas de arquitectura ya que poder hacer entender a los futuros arquitect@s que hay muchos modelos posibles pero que lo importante es hacerte estas preguntas para estar conforme contigo mismo y encontrar tu lugar en el mundo. Somos parte de una profesión que es necesaria a pesar de las crisis y de los distintos cuestionamientos que vienen desde la sociedad, porque somos los que desarrollamos capacidades para manejar herramientas que nos permiten dar forma al espacio en que vivimos. Es una gran responsabilidad y por tanto ya sea realizando una obra nueva, rehabilitando, deshaciendo para crear naturaleza nuestro papel es muy importante.

Y posiblemente otra cuestión más, es entender que somos una pieza más de un engranaje, tampoco es que debemos ocupar el lugar que nos dejen, tendremos el lugar que nos busquemos pero también el lugar en relación al dialogo con la sociedad no solamente el dialogo con aquellos que nos pagan sino con aquellos que van  a vivir; y no entender que una transformación o una modificación en relación a un proyecto de unos requerimientos que aparecen nuevos porque escuchamos nuevas voces hará que la arquitectura sea más frágil o sea peor. Si la arquitectura depende que tu puedas hacer tu capricho para que sea buena, algo no funciona.»

Zaida Muxi

 

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